Actualizado 15/08/2015 12:45

El científico que pasó más de 100 días en el Pacífico para probar sus teorías

   LIMA, 15 Ago. (Notimérica) -

   La historia del explorador noruego Thor Heyerdahl está marcada por la perseverancia y el valor. Después de que la comunidad científica rechazase sus teorías sobre las corrientes migratorias entre Sudámerica y Polinesia, él no se rindió y decidió probar que estaba en lo cierto.

   Para ello, fabricó una balsa de 9 troncos, con características similares a las que podrían haber utilizado los primeros pobladores latinoamericanos, comenzando su travesía por el Océano Pacífico el 28 de abril de 1947, en una expedición que duró 101 días.

   Heyerdahl, estudiante de zoología en la Universidad de Oslo, sostenía que los indígenas de América del Sur pudieron llegar a Polinesia durante el período precolombino, es decir, antes de que Cristóbal Colón llegase a América en 1492.

   En un viaje a la Polinesia entró en contacto con grupos indígenas que le explicaron que las corrientes migratorias entre ambas regiones eran una realidad en la época, gracias a la fuerza de las mareas y el viento.

   Al regresar a Noruega, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, lo hizo cargado de especimenes, que también incluían cráneos humanos y que le ayudaron a descubrir cuáles eran los paralelismos entre ambas sociedades.

   De esta forma, dio con la idea revolucionaria de que la Polinesia se había poblado por vía marítima y que estos primeros habitantes llegaron hasta allí utilizando balsas rudimentarias y aprovechando la dirección de las mareas.

   Cuando presentó sus ideas, recogidas en el libro 'Estudio de la Polinesia y América del sur: relaciones prehistóricas' ante varias revistas científicas, sus hallazgos fueron rechazados por lo que los editores de la época definieron como "falta de pruebas".

   Aunque había logrado entrar en contacto con las tribus y con las historias que circulaban por las mismas, necesitaba demostrar de forma empírica que esas primeras sociedades menos desarrolladas podrían haber logrado atravesar el Pacífico.

CONSTRUCCIÓN DE LA BALSA.

   Los apoyos a Heyerdahl no abundaron y necesitó de muchos meses para lograr la financiación necesaria y una pequeña tripulación que quisiera acompañarle en esta gran aventura.

   Antes de comenzar la travesía, llegó hasta Perú donde encontró la ayuda que no había encontrado en Europa. Una vez allí, se le habilitó un espacio para la construcción de la balsa, que no debía de contar con ningún tipo de facilidad que no existiera ya en la época.

   Se utilizaron 9 troncos de madera de balsa que estaban unidos entre sí con lazos de cáñamo. Además, también se colocaron otras maderas transversalmente para lograr la estabilidad y tablones de pino para asemejar las quillas.

   La embarcación, que contaba con el mismo estilo que las construcciones indígenas, estaba equipada además con una radio, relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los mismos esto no fue relevante a la hora de probar que la balsa podía realizar la travesía.

   Se optó por el nombre 'Kon-Tiki', ya que es el que tradicionalmente se le ha dado en la cultura polinesia al Dios del sol.

BÚSQUEDA DE LA TRIPULACIÓN.

   Muchos marineros experimentados se negaron a acompañar al explorados noruego en el viaje, por las complicaciones que podría tener el mismo. Sin embargo, cuatro hombres noruegos y un sueco aceptaron finalmente.

   Entre ellos, el sociólogo Bengt Danielsson que se ofreció porque siempre había estado interesado en las migraciones y Knut Haugland, un condecorado de guerra que ayudó a frustrar los planes alemanes de construcción de una bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial.

   El 28 de abril de 1947, los seis hombres abandonaron el puerto peruano y emprendieron un viaje de más de 7.000 kilómetros por el Pacífico, que terminó 101 días después, el 7 de agosto de 1947.

   Toda la tripulación llegó a la isla sanos y salvos, aunque con un aspecto algo demacrado por el hambre y el azote constante del sol. Para narrar sus aventuras Heyerdahl, escribió el libro 'Kon-Tiki', que se convirtió en un éxito de ventas y se tradujo a 66 idiomas.

   Además, también han surgido documentales y películas para narrar la vida y la expedición de una de las personas más importantes del siglo XX. En su tierra natal, Oslo, recientemente se edificó un museo en su honor.

UNA TEORÍA TODAVÍA ACEPTADA.

   Aunque en la actualidad, la teoría de Heyerdahl despierta la controversia en la comunidad científica, algunos siguen creyendo en su veracidad.

   En cualquier caso, el investigador noruego también despertó cierto interés sobre los métodos utilizados tradicionalmente por los científicos y abrió paso hacia una investigación más experimental.