Actualizado 30/03/2017 21:54

Daniel Barenboim: piano, batuta y compromiso

   BUENOS AIRES, 15 Nov. (Notimérica) -

"La música se puede emplear ya sea para olvidar o para nuestro conocimiento, disfrute, intereses y fascinaciones", indica el pianista y director de orquesta Daniel Barenboim en uno de sus tutoriales sobre 'Cómo escuchar música'.

   Lo cierto es que la mejor forma de escuchar una canción consiste en centrarse en la figura de este artista musical que tan rápido dirige la obra de Tristán e Isolda de Wagner como propone Don Giovanni de Mozart. Sus raíces musicales profundizan en la diversidad de sus influencias vitales.

   Barenboim nació el 15 de noviembre de 1942 en Buenos Aires, Argentina, en el seno de una familia de inmigrantes rusos que también se dedicaban a la música, en concreto, al piano. Con este instrumento debutó con tan solo siete años, habiendo empezado a practicarlo dos años antes.

   El futuro director de orquesta estudió primaria en el Instituto Pestalozzi, en el barrio de Belgrano R. Con 10 años se trasladó a Israel y con 12 sus padres lo enviaron a la ciudad natal de Mozart, Salzburgo, donde recibió clases de Igor Markevich. Barenboim era el miembro más joven del grupo.

   Allí conoció a uno de los compositores alemanes más populares del pasado siglo XX, Willhelm Furtwängler, quien le invitó a asistir a los ensayos de 'Don Giovanni' y, también, a participar con él en la Orquesta Filarmónica de Berlín. Para Furtwängler, Barenboim era "un fenómeno de 11 años", por lo que se encaminó rápidamente a la consecución de la fama mundial.

   Para Nadia Boulanger, "la pedagoga musical más importante que jamás existió", según el compositor estadounidense Red Rorem, el talante del pianista argentino suponía un progreso importante en la música del momento. Así, le impartió clases en París en 1955.

   Sin embargo, Barenboim ya había debutado unos años antes como pianista en el Mozarteum de Salzburgo, viajando a otros lugares de Europa, Sudamérica y Estados Unidos en los años siguientes. En Nueva York estuvo bajo el mando de Leopold Stokowski.

   Los aplausos no cesaban en su paso por distintas ciudades, entre las que destaca Londres, donde debutó como director de la Orquesta Filarmónica en 1967. A partir de ese momento, recibió ofertas de diversas orquestas europeas y americanas.

   Además, Barenboim se lanzó a experimentar la ópera bajo la batuta con la representación de 'Don Giovanni' de Mozart en el Festival de Edimburgo en 1973. El siguiente destino de este notable director fue Bayreuth, en Alemania.

   Entrada la década de los 80, debutó en el festival de esta ciudad con un homenaje a Wagner. Fue frecuente verle allí hasta 1999, tras haber hecho lecturas completas de 'El anillo del nibelungo' y 'Tristán e Isolda'. Entretanto trabajó en la Orquesta Sinfónica de Chicago para sustituir a su homólogo británico Georg Solti.

   

   La solicitud de la nacionalidad española presentada en septiembre de 2001 le fue concedida un año después. Su presencia en el Teatro Real de Madrid era bastante frecuente aunque ya desde 1980 tenía por costumbre la visita a España. Concretamente, al Palacio granadino de Carlos V, donde se celebraba el Festival Internacional de Música y Danza de Granada.

   A pesar de que su celebridad se recoge en la mayoría de las ocasiones en su faceta como director de orquesta, cabe destacar que este galardonado artista también ha compuesto varios tangos, que pudieron interpretarse en el Concierto de Año Nuevo de Buenos Aires de 2006 bajo el repertorio 'Tango Sinfónico'.

   Entre los premios que ha recibido por su extensa trayectoria profesional, destacan la Medalla de Honor del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, el Praemium Imperiale, el Premio Wolf y el galardón danés Léonie Sonning.

   Su nombre figura en esta última lista junto con el de otros genios de la música como Igor Stravinsky, Leonard Bernstein, Dmitri Shostakovitch, Miles Davis y Cecilia Bartoli. Sin embargo, quizás la posibilidad más conocida fue la de su candidatura al Premio Nobel de la Paz en 2011 por sus diversas actividades a favor de la paz y la convivencia en Oriente.

    Unos años antes, en 2008, Barenboim había aceptado la ciudadanía palestina honoraria, convirtiéndose en la primera persona con ciudadanía israelí y palestina. "Anhelo que mi nueva condición sea un ejemplo de coexistencia palestino-israelí. Creo que los destinos de ambos pueblos están inexorablemente unidos", añadió tras realizar un concierto en la ciudad palestina de Ramala.