Actualizado 30/03/2017 03:37

El día que Alfonsina se fue a dormir al mar

   BUENOS AIRES, 25 Oct. (Notimérica) -

   "Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame./Ponme una lámpara a la cabecera;/una constelación; la que te guste;/todas son buenas; bájala un poquito". Así, pidiendo calma, solicitando que la dejen dormir, abandonó el mundo hace 78 años la poetisa argentina Alfonsina Storni, tras suicidarse internándose lentamente en el mar.

   Tras ella, un imaginario poético complejo, romántico y oscuro, plagado de dramatismo y con tintes feministas, en una época en que nadie lo era. Detrás de los eternos poemas de Storni, se entrevé una mujer enferma de nervios y tristeza, con un carácter verdaderamente singular.

   Nació el 29 de mayo de 1892 en Capriasca, Suiza, donde trabajaban sus padres. A los cuatro años Storni se trasladó a Argentina, país de procedencia de su familia y donde la poetisa pasó gran parte de su vida. La familia Storni se instaló primero en San Juan, aunque se mudaron años después a Rosario, donde abrieron una cafetería.

   Alfonsina trabajó desde muy niña en el negocio familiar, que pasó grandes apuros económicos durante estos años. Su padre, que debía regentar el local, era un hombre alcohólico que se sentaba en el café a beber hasta que su familia le arrastraba a la cama. Falleció en 1906, cuando Alfonsina solo tenia 14 años.

   Comenzó a escribir poesía a los 12 años, actividad que la acompañó hasta el día de su muerte, siempre desde un tono grisaceo y triste, aunque bello.

   Storni se trasladó a Coronda en 1909 para estudiar Magisterio mientras que trabaja como celadora en una escuela, pero el dinero no le alcanzaba para mantenerse y tuvo que emplearse como corista en un teatro. Al poco tiempo, se descubre en Coronda que tiene este segundo empleo. Este sería el desencadenante por el que la poetisa comenzó a pensar en el suicidio. Tres años después tuvo un hijo, Alberto, de padre desconocido, algo muy mal visto por la sociedad argentina de la época.

   Comenzó a ejercer de maestra en 1921 y fue durante está época cuando empezó a visitar con frecuencia Montevideo, donde conoció al poeta uruguayo Horacio Quiroga, con quien mantuvo una relación de años que se debatió entre la amistad y el amor. El poeta, que se encontraba perseguido por múltiples suicidios familiares, terminaría por suicidarse también, momento en que Alfonsina le dedicó un poema que reza: "morir como tú, Horacio, en tus cabales".

SOLEDAD

   En 1920 Storni ya había publicado un libro, 'Languidez', con el que obtuvo el primer premio Municipal de Poesía y el segundo premio Nacional de Literatura. Cinco años después publicó 'Ocre', una recopilación de poemas con temática feminista y amorosa. Durante estos años la soledad en la que vivía la poetisa acentuó su neurosis, lo que en ocasiones le hacía abandonar su puesto de maestra.

   Alfonsina continuó publicando exquisitos poemas muy alabados por la crítica, hasta que estrenó su obra de teatro 'El amo del mundo' en 1927, que fue un absoluto fracaso. La obra solo aguantó tres días en cartelera, lo que causó un profundo dolor en Storni.

   La participación de la poetisa en la vida literaria de Argentina siempre fue intensa, extendiéndose a Europa en 1928, tras varios viajes que realizó a España.

   La poetisa siempre tuvo una faceta feminista, en sus poemas se entreven numerosas reivindicaciones de igualdad, de manera que supuso una gran alegría que en 1931 fuese nombrada jurado, siendo la primera mujer del país en conseguirlo.

   La decadencia definitiva de Storni, una mujer neurótica y triste por naturaleza, llegó en 1935 cuando, al estar bañándose en el mar, recibió el golpe de ola en el pecho, lo que le hizo perder el conocimiento. Al despertarse se noto un bulto en un seno que resultó ser cáncer de mama, para el que le tuvieron que realizar una mastectomía.

   La operación le dejó inmensas cicatrices emocionales y, junto al tratamiento para el cáncer que recibió después, la hizo sumirse en un profundo pozo de dolor y desesperación que la llevaron a recluirse. Su neurosis se intensificó, hasta el punto de dejar el tratamiento, a pesar de que el tumor tenía ramificaciones que ponían en peligro su vida. Su enfermedad coincidió con el suicidio de su amigo, Horacio Quiroga, en 1936. A pesar de sufrir una situación de tremenda inestabilidad emocional, Storni continuó publicando.

EL TRISTE FINAL DE STORNI

   El 18 de octubre de 1938 viajó a Mar de Plata, donde pasó sus últimos días, enferma y sola. Dedicó su estancia en esta ciudad a escribir, fundamentalmente cartas a su hijo, así como 'Voy a dormir', el que fue su último poema. El dolor físico y emocional que sentía finalmente se le hizo insoportable.

   Durante la madrugada del 25 de octubre de 1938, Storni abandonó su habitación, se dirigió a la playa y se internó en el mar. Su cuerpo sin vida apareció a la mañana siguiente en la playa.

   Alfonsina Storni murió igual que vivió, con un arte triste y desesperado, bello pero gris, como la propia Alfonsina. Su romántica muerte evocó múltiples canciones y creaciones artísticas. Fue una decisión tomada de forma coherente por una mujer que, harta del sufrimiento, decidió abandonar de forma voluntaria un mundo que no le era afable, antes de que fuese otro el que tomase la decisión por ella.

'Alfonsina y el mar' fue una de las canciones que inspiradas a raíz del triste suicidio de la poetisa. Fue compuesta por el pianista Ariel Ramírez y escritor Félix Luna, ambos argentinos. La canción, que es muy popular en países hispanohablantes, ha sido versionada en múltiples ocasiones, por famosos artistas como Miguel Bosé, Plácido Domingo, Antonio Machín o Shakira.