MADRID, 26 Nov. (Notimérica) -
Cuando Enrique IV de Francia profirió la celebre frase "Paris bien vale una misa" - al convertirse al catolicismo para así asumir el reino de Francia- no tenía ni idea de que esta cita se perpetuaría en el tiempo.
Cinco siglos después, la frase de Enrique IV de Francia vuelve a la historia transformada en el título del libro del presidente (como aún le llaman en Brasil), escritor, ensayista, periodista y decano de la Academia Brasileña de Letras, José Sarney, en su libro "La duquesa bien vale una misa", presentado en su edición en castellano este martes en la Casa de América de Madrid y que contó con la presencia del embajador de Brasil, Paulo Cesar de Oliveira Campos y el critico Antonio Maura.
La duquesa de Villars, la bella mujer retratada al lado de su hermana Gabrielle d' Estrées en el cuadro de Fontainebleau, es la protagonista de este romance que une el Brasil contemporáneo a la Francia del Siglo XVI, escenario de las disputas entre católicos y protestantes.
Un romance donde Leonardo, un joven fascinado y apasionado por el cuadro de la Duquesa de Villars colgado en la pared de la casa de su padre, llegará al límite de la locura por una pasión que le costará la vida.
El romance de Sarney, protagonizado por la duquesa de Villars -la amante de Enrique IV de Francia- y Leonardo envuelve y atrae al lector desde la primera página gracias a su enmarañada historia narrada en primera persona por el protagonista.
La historia se centra en este hombre atormentado que desea desvelar los secretos de su familia y descubrir quién es el autor del tan famoso cuadro exhibido actualmente en el Museo Louvre de Paris.
El cuadro de la duquesa de Villars, inspiración para la historia de Sarney, está envuelto en misterios. Desde la identidad del autor, aunque muchos atribuyen la magnífica obra a Jean Cousin, el Joven, hasta el significado del posado de la duquesa y de su hermana. Todo él, fascina e inquieta.
En la referida obra de arte, las protagonistas se encuentran en el baño. La duquesa de Villars toca el pezón derecho de su hermana mientras ésta sostiene un anillo. Ambas miran fijamente al frente sin esbozo alguno de sentimiento. Al fondo de este intrigante escenario una señora parece bordar. Las explicaciones para este posado van desde la acusación de un supuesto embarazo de la amante de Enrique IV de Francia, hasta la denuncia del amor entre mujeres, quizás la reproducción de un escenario fantasioso y pecaminoso en aquellos tiempos.
Estos misterios se reflejan en la historia escrita con una habilidad indiscutible en el libro de Sarney. Respecto a esta novela, en la ocasión de su lanzamiento en portugués, Claude Lévi-Strauss señaló que se trataba de "una obra capaz de conseguir aliñar las telas de la historia con las del arte del engaño y la falsificación".
El embajador de Brasil, Paulo Cesar de Oliveira Campos, destacó en esta presentación el importante papel político de Sarney a lo largo de su carrera, "un hombre memorable" en la historia de Brasil. El emisario dejó el análisis de la novela a cargo del crítico Antonio Maura, pero antes puso de relieve el importante papel de José Sarney en el proceso de la instauración de la democracia, esta contribución permitió a Brasil "celebrar recientemente su séptima elección para presidente".
Por su parte, Maura destacó la forma y el estilo con que Sarney escribió 'La Duquesa bien vale una misa' por cómo el autor elige el cuadro "no para desvelar el secreto que lo envuelve como la transferencia de la línea de las dos mujeres, sino para urdir a partir del cuadro una intriga fascinante".
Para Maura, este libro "es más que una simple novela. Es una reflexión sobre el amor" en la que "no hay tanta diferencia entre el imaginario y el real".
El autor por su parte, recordó su pasó por Madrid hace 16 años en ocasión del lanzamiento de su libro 'El dueño del mar'. Sarney ha destacado que "los años y la política no han sido capaces de disminuir su pasión por la literatura".
Ahora, después de tantos años de dedicación a una vida pública "durante más de 60 años", el que fue el primer presidente de la democracia de Brasil, informa que se dedicará a su pasión, la literatura.
"Ya es hora que dedique mis últimos años a esta amante que no ha pasado tan solo un día en que yo no le propusiera noviazgo, ni siquiera una noche que no fuera de amor", confesó Sarney.
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