MADRID, 22 Ene. (Notimérica) -
El músico sevillano Beret ya sabía lo que se iba a encontrar: un local abarrotado de seguidores que hicieron colgar el cartel de Sold out desde septiembre. La sala 'But' de Madrid supo el pasado sábado que la espera, a veces, merece la pena y que la poesía también se rapea. Ahora el cantante se prepara para sus directos en suelo Iberoamericano.
Un público, mayoritariamente joven, calentó motores la tarde del sábado 20 con el telonero, y también corista, Kaly Kalyxto y el DJ The Kaki. Kaly anunció su última canción asegurando que todos allí la conocían. No mintió. En ese momento saltó al escenario el esperado Beret. No hubo gargantas más potentes que las de la Sala But en ese momento.
'Bye Bye' fue el tema que abrió el concierto. Allí la energía y positividad llenaron el cuerpo de todos los presentes. Durante el concierto hubo tiempo para todo: desde hacer rivales a dos mitades del público con el 'bara bara bara' 'bere bere bere', hasta para "partirse el alma" cantando y bailando como quería el protagonista de la noche.
También llegó el turno de 'Sentir', y de que 'A pesar de todo' hay que quedarse con lo 'Esencial'. Beret confesó que le gusta repetir el mensaje que escondía la canción siguiente a la persona a la que va dirigida. Quería su parte, no partirse en 100, como dice 'Cóseme'.
Cómo no deleitar al público con lo de siempre, 'Diez mil porqués', y 'Ojalá'. Se escucharon las primeras notas de 'Dime Quién Ama de Verdad'. Emoción. No había nadie que no se supiera la canción.
Como poeta-músico, el sevillano Beret, a sus 20 años, es un fino creador de tempestades, de ponerle nombre a los sentimientos. Un maestro para reflejar fuego en el lenguaje ("soy un bala bala perdida será porque soy un suicida y la vida me otorga la misma pistola de la que salí pa volver a matarme otra vez"), y para hacer música inteligente, pues sabe como nadie cuándo hay que recurrir a la seda y cuándo echar mano del aniquilamiento ("no quieras con el corazón tan roto si amarte es exigirte no te quiero")
Beret acompañado de su "hermano" Kaly y armado de una guitarra y una tonelada de poesía es un poderoso agitador de conciencias que "tiene tiempo pero no para perderlo y prefiere cosas con valor antes que con un precio".
Mientras las calles de Madrid eran un incendio de coches a la conquista de "buenrrollismo" y "lo que surja", Beret junto con sus acompañantes y su música hecha poesía, provocaron una tormenta de emoción, un auténtico terremoto que dejaron recuerdos de belleza y eternidad a cientos de personas que no dudarán en repetir el próximo 27 a su nueva cita en la capital española.
El sevillano se superó. Dio, como siempre, su mejor versión. A este ritmo, nadie duda que cuelgue nuevamente el cartel de "no hay billetes" en suelo iberoamericano que pisará el próximo abril.