Actualizado 02/07/2014 20:37

Hemingway y la cultura latina, 53 años después de irse

Ernest Hemingway
Foto: GETTY

NUEVA YORK, 2 Jul. (Notimérica/EP) -  

   La literatura norteamericana se despidió, hacen ahora 53 años, de una de sus figuras de referencia en la primera mitad del siglo XX, Ernest Hemingway. El autor recibió el Pullitzer  por su obra 'El viejo y el mar' y poco después el premio Nobel por toda su obra. Esta es la historia de un triunfador, un tipo con garra, bebedor empedernido y mujeriego. Un hombre de emociones fuertes, periodista de guerra. La vida se le fue de sus manos en 1961, se suicidó apretando el gatillo contra su cabeza.

   El autor oriundo de Illinois, hizo su carrera como periodista y escritor ligado a la cultura hispana. En cierto modo, sus vivencias entre España y Cuba copan buena parte de su biografía. En esos lugares escribió y vivió, en el más amplio sentido, el amor, la guerra la  naturaleza. Los temas que trata su obra que, impactado por sus gentes y costumbres, se decidió a ver de cerca.

   Sus primeros escritos en Europa para el periódico de Chicago al que enviaba información trataban temas diversos, entre ellos la pesca del atún en España. La cultura española le sedujo, con sus particulares fiestas, contribuyó notablemente a darlas a conocer en el extranjero.

   Una de sus primeras obras, 'Fiesta' de 1926, trata sobre un excombatiente norteamericano de la I Guerra Mundial que viaja con sus amigos a las fiestas de San Fermín en Pamplona, España, relatando con todo detalle el evento y los acontecimientos de estos. Esta sería su primera obra inspirada por el país español.

   En 1932 publicó 'Muerte en la tarde', donde trataba el arte de los toros, una de sus grandes aficiones, y lo describía para el mundo. La obra además sirve de reflexión acerca de la valentía y el coraje. Hemingway era un tipo fuerte y hasta cierto punto agresivo al que le atraían deportes como el boxeo. Pero más allá del acto en sí, el rito es otra de las formas llamativas que quiso reflejar.

   En 1940, afincado en Cuba, después de haber participado en la Guerra Civil Española, escribió la que posiblemente sea la mejor de las ficciones basadas en una guerra española. La tituló, basándose en un poema de John Donne, 'Por quién doblan las campanas'. Aquí recoge una visión personal y veraz de las actividades de un grupo de guerrilleros escondidos en las montañas, que reciben el apoyo de un dinamitero perteneciente a las Brigadas Internacionales.

   El libro además contiene la mezcla de pasiones de sus personajes que viven a flor de piel la convivencia en las montañas y se enfrentan a la muerte y a sí mismos. A una tarea que amenaza con destruir su último reducto de libertad frente a los nacionales.

   Una mirada a algunos de los escritos de Hemingway como 'Tener y no Tener', publicada en 1937, nos acerca a su visión de los hombres, unos contrabandistas, en un reflejo sociológico donde se enfrentan a sus condiciones humanas, a la cobardía, la ambición y la traición. En la  Cuba de la época, donde surgen los acontecimientos. Al final se reduce a tener o no tener. Una metáfora apropiada al contexto cubano.

   Póstumamente se publicó en 1985 'El verano peligroso', que escribiría antes de morir. Aquí trató la rivalidad entre dos toreros españoles. El último 'olé' del escritor, que lanzaba un capote a la tierra que tanto quiso.

   Su última época en Cuba le dejó la amargura de verse forzado a salir de la isla. A pesar de apoyar el cambio de gobierno. Después de que Fidel Castro y con el tiempo anunciase sus medidas de nacionalización de los bienes de los norteamericanos afincados en el país, Hemingway dejó su mansión y gran cantidad de escritos y bienes materiales allí.

   Antes de morir, en 1960 todavía pasó una temporada en España. Terriblemente enfermo, decidió aislarse. Ante las especulaciones de su grave enfermedad mandó un telegrama a su familia. Finalmente, se vio forzado a regresar a Estados Unidos donde se le dio terapia en la clínica Mayo, hasta que no pudo con su enfermedad y sucumbió.