Publicado 27/04/2015 15:52

La ilusión del comunismo desde los ojos de Roberto Ampuero, escritor chileno

ROBERTO AMPUERO
COLPRENSA

SANTIAGO, 27 Abr. (Colprensa/Notimérica) -

La producción literaria del escritor chileno Roberto Ampuero ha estado siempre ligada a la realidad del país pese a los pocos años que vivió en él. Escapar de la dictadura de Augusto Pinochet, su labor como escritor y docente y su faceta como diplomático hicieron de Ampuero un artista omnipresente.

Su obra es considerada como una memoria novelada en la que un latinoamericano cuenta experiencias vitales en el mundo oriental, donde pese a la pobreza, la escasez y el régimen autoritario, la gente buscaba alternativas posibles para ser feliz.

También, la madurez del pensamiento político de aquel joven que en Chile creyó en los ideales del comunismo, con promesas nunca cumplidas, dejaron huella en su creación.

La ficción 'Nuestros años verde olivo' (Planeta, 1999) es espejo de ello, en la que Ampuero relata la vida de un joven que escapa de la dictadura chilena y termina en Cuba, tal como el escritor lo vivió, para acabar en Alemania, con un muro de Berlín que le parecía indestructible.

Como el propio autor reconoce, ese joven es él mismo, aunque "la historia va más allá" de su relato personal. "Han pasado 25 años desde la caída del Muro de Berlín y es mucha historia la que se ha escrito, por lo que también necesitaba contar esta historia para cerrar ese capítulo en mi vida", afirma Ampuero.

Lo importante para el autor siempre fue "contar esa parte de mi vida cuando fui un latinoamericano que estaba justo en el lugar que era epicentro de la historia mundial del siglo XX".

En los últimos años de estos sistemas, que desaparecieron de la noche a la mañana, haber vivido detrás del muro y haber percibido lo que sentían los alemanes, "es una oportunidad de mostrarle a los lectores lo que realmente vivía esa sociedad allí en esa época".

"En la medida que uno hace esta revisión y llega a la ciudad dividida, te das cuenta de la locura que pueden llegar a ser algunas páginas de la historia", afirma Ampuero, "esto te hace plantear cómo pueden llevar al ser humano a crear su propia cárcel".

Ampuero confiesa haber creído en "todo lo que leía que era el comunismo", en "algo que nunca vimos y que nuestra realidad nos impulsaba a esta ilusión". Sin embargo, viviendo allí "con la cotidianidad de la vida", "me di cuenta que había salido de una dictadura para caer en otra, distinta pero al final dictadura".

AQUELLOS AÑOS 70.

"Llegué en 1974 y cuando entré me dieron la bienvenida al túnel del tiempo, con un atraso de 20 años, con automóviles que eran tan viejos incluso en comparación con América Latina y aún faltaban más de 15 años para que cayera el muro", recuerda Ampuero.

El único espacio de libertad que el chileno recuerda es la sexualidad: "Un país de 16 millones de habitantes, en esa época, encerrados por años, sin la posibilidad de viajar ni el dinero, la única libertad real era la sexual".

"El ser humano es tan complejo que en cualquier parte busca ser feliz. La gente sufría, es verdad, pero se acomodaba a su realidad y buscaba ser feliz con lo que tenía, se enamoraba, se casaba y se sentía orgullosa de sus hijos", sentencia Ampuero.