Actualizado 31/03/2017 04:20

María Sabina, de chamana mexicana a celebridad internacional

   CIUDAD DE MÉXICO, 22 Nov. (Notimérica) -

María Sabina ha pasado a la historia por ser la gran sacerdotisa mexicana de los hongos alucinógenos. Fue una indígena mazateca del estado de Oaxaca, en México, con un enorme historial de conocimientos que falleció tal día como hoy hace 31 años.

   Las actividades agrícolas y ganaderas le vinieron por obligación desde que era muy pequeña, ya que se crió y vivió en estado de pobreza prácticamente durante toda su vida. Junto con su hermana y su madre, se trasladaron a vivir cerca de sus abuelos, que se dedicaban a la cría del gusano de seda.

   Con tan solo 14 años fue víctima de un matrimonio concertado con Serapio Martínez, con quien tuvo tres hijos antes de enviudar en 1914. Unos años antes, Sabina había tenido su primer contacto con las ceremonias que más tarde la harían famosa, cuando consumió hongos por primera vez.

   Se casó una segunda vez, teniendo la mala suerte de dar con un hombre maltratador con el que pudo poner en práctica los efectos de los alucinógenos para soportar el dolor de sus golpes. Además, con la premonición de la muerte de un alcalde, la curandera demostró la posibilidad de la aparición de fenómenos paranormales como la clarividencia.

La visita a México del micólogo Gordon Wasson cambió el porvenir de Sabina. Éste se interesó por un recorte de prensa de un periódico de Nueva York en el que se hacía una descripción del uso de hongos durante la conquista de México. Por ello, junto a su esposa Valentina Pavlovna, viajó a la sierra Mazateca en 1955.

   Allí fueron recibidos por la chamana, quien les mostró los distintos usos de los hongos, que fueron trasladados posteriormente a un extenso reportaje publicado por la revista Life en 1957. A partir de entonces, cientos de personas se interesaron por el uso de alucinógenos.

EN EL MARCO DEL HIPPISMO

   Este ferviente interés por el descubrimiento de poderes visionarios volvió quince años después, en 1968, en el marco del desarrollo del movimiento contracultural por excelencia: el hippismo. Gordon Wasson publicó el libro 'El hongo maravilloso: Teonanácatl, micolatría en mesoamérica'.

   La presentación de este escrito hizo célebre María Sabina, en quienes los jóvenes hippies veían un punto de referencia en la búsqueda de placeres y experiencias psicodélicas. En este momento, muchos de sus compatriotas sintieron que los estadounidenses y los europeos despreciaban los poderes sanadores y curativos de las sustancias, favoreciendo un consumo de ocio y diversión.

   Pronto María Sabina indicó que se trataba de una falta de respeto a su forma de proyección personal y espiritual con los que llamaba sus 'niños', refiriéndose a los hongos. No obstante, la curandera seguía recibiendo visitas por parte de diferentes celebridades que buscaban conocer sus 'poderes'.

   A pesar de su celebridad, siempre vivió en condiciones de pobreza hasta su muerte en 1985, ya que sus visitantes pagaban sus servicios con la voluntad, sin haber establecido ningún sistema de cobro. Ante el supuesto tratamiento de míticas figuras de la historia como Aldous Huxley, Timothy Leary o John Lennon, su imagen ha sido objeto de distintos tipos de merchandising.

   Además, existen varios establecimientos en México que han adoptado su nombre y han colocado su imagen a su alrededor. Se trata de una figura que no cesa como elemento lucrativo, ya que muchos pobladores mexicanos se atribuyen un parentesco con Sabina para atraer a los curiosos nacionales y extranjeros.

   De hecho, existe un álbum musical en el que se incluyen sus cantos chamánicos llamado 'Mushroom Ceremony of the Mazatec Indians of México'. Sus cantos fueron grabados y traducidos por Wasson y hacen claras referencias a la naturaleza e invocaciones a la vida y a la muerte. En muchas ocasiones, estas composiciones están desprovistas de cualquier tipo de instrumento.