ISLA NEGRA (CHILE), 17 Dic. (De la enviada especial de EUROPA PRESS Ana Moreno) -
La expedición en Chile de la Ruta Quetzal BBVA ha destacado este año por el protagonismo que ha cobrado la literatura gracias a la figura del poeta y premio Nobel Pablo Neruda, uno de los más grandes escritores del país sudamericano fallecido hace ya más de 30 años. Los 'ruteros' cerrarán el círculo literario conociendo la figura y obra de otra premio Nobel, Gabriela Mistral.
Los más de 270 jóvenes que participan en el proyecto creado por Miguel de la Quadra Salcedo visitaron la casa de Neruda en Isla Negra, pueblecito situado al sur de Santiago que tomó este nombre por cómo se refería a él el poeta debido al color de las piedras que pueblan principalmente su playa.
La casa de Neruda y su tercera mujer, Matilde Urrutia, está situada en una zona privilegiada del pueblo, con vistas al océano Pacífico y en un entorno natural que el poeta quiso reflejar en la propia construcción. Así, la vivienda, cuyo terreno donde se asienta fue comprado por el escritor en 1939, imita el interior de un barco e incluye elementos como mascarones de proa de distintas épocas, conchas, ojos de buey o un tablón de madera que usaba como escritorio y que resultó ser una escotilla de barco.
No sólo objetos ligados al mar tenía el premio Nobel, que se calificaba a sí mismo como un "marinero en tierra". Como gran coleccionista que era, Neruda poseía todo tipo de cosas curiosas como máscaras de teatro, figuras del arte africano, instrumentos musicales, mariposas y escarabajos disecados o fotografías de otros escritores y amigos a los que admiraba, como Federico García Lorca, Miguel Hernández, Gabriela Mistral o Walt Whitman.
En la visita a Isla Negra de la Ruta Quetzal, el periodista y escritor Darío Osés, experto en la vida y obra del premio Nobel, explicó a los expedicionarios algunas de las principales etapas de la vida y las características de los escritos de uno de los más importantes poetas del siglo XX cuyo nombre real era Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto.
La de Isla Negra fue la casa preferida de Neruda, su capricho de una vida. Fue en la que vivió con la mujer que más quiso y de la que se lo llevaron para morir en Santiago muy pocos días después del golpe de Estado de Pinochet, algo que le provocó una profunda depresión. Con el poeta en cama, la casa fue registrada por los militares, pero éste, enfermo de un cáncer de próstata terminal, les dijo que allí "lo único peligroso es la poesía".
Neruda legó la vivienda al Partido Comunista de Chile. Tras ser expropiada por la dictadura, volvió a las manos de sus antiguos dueños. Actualmente es un museo en honor del poeta y tanto él como su mujer, que falleció en 1985, están enterrados en un panteón que mira al mar.