Actualizado 29/03/2006 22:03

Argentina.- El Racing de Simeone celebra su primer triunfo en el Clausura como si fuese un título


BUENOS AIRES, 29 Mar. (EP/AP) -

Empujado por el fervor impresionante de su afición, el Racing Club consiguió su primera victoria en el torneo Clausura argentino, después de encadenar ocho derrotas y tres empates.

Ese fervor se transformó en pasión desenfrenada cuando Diego Menghi marcó el gol a los 77 minutos para darle a la 'Academia' el definitivo 1-0 sobre San Lorenzo.

"El espectáculo que vi en la gente al final del partido es algo que me quedará grabado para toda la vida", aseguró el técnico del Racing, Diego Simeone, un triunfador en el fútbol de Italia y España y por casi una década titular en la selección de Argentina.

A pesar de este triunfo, el Racing sigue en la zona baja de la clasificación y amenazado por el descenso con apenas seis puntos, muy lejos del líder Newell's que tiene 23 con un partido menos.

El diario 'Olé', que dedica su portada a esa victoria, dice que el apoyo que la hinchada de Racing le dio a su equipo fue "conmovedor, una vez más. Inexplicable, como ese sentimiento". "La gente de Racing, aún en pleno 0-0, volvió a demostrar su fidelidad. Y el grito del final fue sagrado", añade.

Unos 25.000 hinchas de Racing fueron a animar al equipo, a pesar del pésimo momento por el que atraviesa, y que era un partido nocturno y televisado. "Seguramente, en las mentes y en los corazones de esos enloquecidos hinchas quedará para siempre el gol del pibe Diego Menghi", dice 'Clarín'.

El Racing, uno de los grandes del fútbol argentino, se convirtió en el primer campeón mundial de clubes que tuvo Argentina cuando ganó la final al Celtic Glasgow de Escocia en 1967, un año después de haber ganado el torneo nacional.

Después cayó en picado, descendiendo en el inicio de los 80 y estuvo 35 años sin ganar un campeonato nacional. Lejos de la riqueza en títulos de un Boca o River, es por eso que resulta notable la pasión y fidelidad de sus hinchas.

La racha adversa de Racing se cortó al proclamarse campeón en el Apertura del 2001, cuando en el último partido llenó dos estadios a la vez: la ajena, porque visitaba a Vélez, y la propia, con los seguidores que no pudieron entrar a ver ese partido y se fueron a festejar a su estadio.