CARACAS (Reuters/EP) - Los Tiburones de La Guaira dicen ser el equipo más alegre de la liga venezolana de béisbol, pero su floja campaña ha dado a los fanáticos más motivos para llorar que para reir.
Luego de que el equipo perdió 10 de los 11 partidos que hasta ahora ha disputado en la Temporada 2010-2011 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, hinchas decidieron cubrir sus rostros con bolsas de papel para mostrar la vergüenza que tienen por el desempeño de los Tiburones.
Eso sí, pese a las bolsas, no dejan de ir al estadio vestidos con los colores de la escuadra ni de bailar la samba que los ha caracterizado por más de 41 años.
"Surgió el viernes pasado en el foro, se planteó la opción de hacer una protesta, sobre todo entre los fanáticos que compraron un abono (todos los juegos de la temporada) y se sienten burlados con el desempeño del equipo", dijo a Reuters Lewis López, fanático de los Tiburones.
"Se escogió (la protesta) por el impacto mediático", añadió.
El deporte favorito de los venezolanos es el béisbol y el país sudamericano es famoso por su producción de atletas de grandes ligas.
Las redes sociales también son utilizadas para mostrar el descontento de la hinchada del caribeño estado Vargas, vecino a la capital venezolana, donde reinan los Leones del Caracas.
"Exprópiese", dijo el forista Ghadaffi aupando una toma del equipo y en clara alusión al presidente Hugo Chávez que ha ordenado la expropiación de varias empresas privadas, en su afán de llevar al país petrolero por el camino del socialismo.
La directiva de los Tiburones de la Guaira decidió remover esta semana al mánager del equipo, en un intento por cambiar la suerte y terminar la temporada de una forma decorosa.
"Lo estamos haciendo con un gran espíritu de combate, de buscar victorias para lograr ganar esta guerra", dijo a periodistas Antonio Herrera, vicepresidente de los Tiburones.
Pero los fanáticos no dan tregua y para los próximos días organizan una manifestación en contra de la directiva. Mientras tanto, seguirán asistiendo a la cancha con bolsas de papel en la cara hasta que el equipo les vuelva a dar motivos para sonreir.