Actualizado 29/03/2017 20:14

El célebre saludo Black Power cumple 48 años, ¿recuerdas cómo surgió?

   CIUDAD DE MÉXICO, 16 Oct. (Notimérica) -

   Barrios negros en Estados Unidos estallan en llamas de rebelión; estudiantes de la capital francesa de París paralizan la universidad; se producen luchas de liberación en África, Asia y América Latina; la guerra de Vietnam y el asesinato del Premio Nobel de la Paz Martin Luther King. Este fue el ambiente en el que los velocistas estadounidenses de origen africano Tommie Smith y John Carlos, pasaron a la historia gracias a su espíritu de libertad.

   Nunca en la historia de la humanidad dos hombres se esforzaron tanto por derrotar al tiempo y la distancia para poder entregar su mensaje de liberación. El 16 de octubre de 1968, ante la mirada de las multitudes que los observaban asombradas en las tribunas y en las pantallas de la televisión durante los vibrantes e históricos instantes que duró la final de los 200 metros lisos en los Juegos Olímpicos de México de 1968, hubo un acto no deportivo que tuvo una enorme relevancia político-social a nivel mundial: el saludo Black Power (Poder Negro) de los afroamericanos Smith y Carlos como protesta en favor de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos.

   Meses antes del inicio de los Juegos Olímpicos, el sociólogo Harry Edwards, de raza negra, que había fundado entonces el Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos, aprovechó este acontecimiento de gran magnitud para pedir a los deportistas negros que se reivindicaran como protesta contra el Apartheid (sistema de segregación racial en Sudáfrica).

   En un principio hablaron de boicotearlos, pero más tarde decidieron que era mejor ir y utilizarlos como herramienta de protesta global. En la Villa Olímpica, los negros norteamericanos y algunos blancos lucían pegatinas en favor del movimiento.

   Una vez iniciados los juegos, los que mejor expresaron la protesta fueron Smith y Carlos. Tras finalizar la final de los 200 metros lisos, estos dos afroamericanos subieron al podio como primero y tercero, respectivamente, descalzos y con la pegatina. Cuando comenzó a sonar el Himno Nacional de los Estados Unidos, los atletas inclinaron la cabeza hacia abajo mientras con el brazo extendido hacia arriba mostraban sus puños cerrados cubiertos con guantes negros, el puño derecho de Smith y el izquierdo de Carlos.

   Smith, además, portaba un pañuelo oscuro en el cuello que representaba el orgullo negro y Carlos llevaba el chándal abierto como solidaridad con los obreros estadounidenses, así como un colgante por los que fueron golpeados o asesinados por el color de su piel.

   Sus gestos se reprodujeron y se visualizaron ante el mundo con el símbolo del Poder Negro, expresión ideológica de diversas organizaciones sociales y políticas --creadas en los años sesenta y comienzos del setenta--, orientadas a la defensa de los derechos de los negros y a la promoción de su cultura, los valores, el orgullo y la autonomía en oposición a la discriminante segregación, el violento racismo blanco ejercido gubernamentalmente y por amplios sectores de la población.

   La idea original de los velocistas era llevar cada uno un par de guantes, pero Carlos se los olvidó en su habitación. El compañero de ambos en el podio, el australiano Peter Norman, que también llevó la pegatina por los Derechos Humanos, les dio una idea: que uno llevara el guante derecho y el otro el izquierdo, a pesar de que el saludo Black Power se hiciese siempre con la derecha.

   Sea como fuere, se trató de un claro ejemplo de protesta en favor de la raza negra y alcanzó una trascendencia mundial. "Si gano, soy americano, no afroamericano. Pero si hago algo malo, se dice que soy un negro. Somos negros y estamos orgullosos de serlo. La América negra entenderá lo que hicimos esta noche", dijo Smith.

CONSECUENCIAS

   Algunos cronistas indicaron que los atletas fueron abucheados por el público al bajar del podio y, más tarde, el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió expulsarles de los Juegos Olímpicos por reivindicación política, algo que consideraron "inapropiado".

   Por consiguiente, al regresar a su país se vieron sometidos a las duras críticas de los medios de comunicación como Times, Chicago Tribune, entre otros, y a las amenazas y agresiones de los sectores más radicales del racismo blanco.

   Finalmente, Smith continuó su vida deportiva jugando al fútbol americano en los Cincinnati Bengals, más tarde se graduó como Sociólogo y ejerció como profesor universitario. Carlos continuó un poco más de tiempo en el fútbol americano jugando en los Philadelphia Eagles.

   Del mismo modo, Norman también tuvo problemas. Le negaron la participación en los siguientes Juegos Olímpicos pese a lograr plaza y se le marginó hasta caer alcoholizado y morir de una parada cardíaca en 2006, con 64 años.