Publicado 06/07/2016 17:41

Las dificultades para llegar al Parque Olímpico de Río de Janeiro

Parque Olímpico
RENATO SETTE CAMARA/EOM

   RÍO DE JANEIRO, 6 Jul. (Reuters/Notimérica) -

   Aunque se llegue a completar la ampliación del metro de Río de Janeiro, los visitantes tendrán que superar varias dificultades para llegar al Parque Olímpico, situación que podría incluso empeorar si las autoridades deben recurrir a un plan B para aumentar el número de autobuses con destino a los eventos deportivos.

   Uno de los obstáculos será el costo del pasaje en los vehículos destinados a las competencias, tan caro en relación con los boletos comunes que varios expertos dicen que el público podría utilizar los automóviles particulares, lo que convertiría al tránsito en un infierno.

   La conclusión de la Línea 4 del metro, que lleva al área donde se concentra la mayor parte de las instalaciones deportivas, estaba prevista para el 1 de julio, pero algunos problemas técnicos en la obra y la falta de recursos retrasaron su apertura al 1 de agosto, apenas cuatro días antes de la inauguración de los Juegos.

   Si se inaugura, el metro olímpico igualmente funcionará de forma limitada, tanto en capacidad como horarios, lo que podría dejar al público varado por largos períodos.

   Además, el subterráneo sólo llegará a la entrada de Barra da Tijuca, a unos 15 kilómetros del Parque Olímpico. El de casi 30 minutos deberá completarse mediante un corredor de autobuses.

   A menos de un mes del inicio del evento, todavía no es posible saber con certeza cuál será el tiempo real del trayecto completo, con o sin metro.

   La operación del metro podría no ser totalmente segura, pese a la confianza expresada por las autoridades, ya que se debió reducir el período de pruebas por los atrasos en las obras. Inicialmente, la fase de pruebas era cerca de un año, pero el tiempo fue recortado a apenas dos meses.

   Las obras del subterráneo comenzaron en el 2010 y tienen un costo estimado de 9.700 millones de reales (algo más de 2.900 millones de dólares). En caso de que no se completen, el plan B es sumar líneas de autobuses para hacer la conexión entre la turística zona sur y Barra utilizando tramos selectivos. Eso sumaría minutos al viaje y podría afectar al tránsito de la ciudad.

   El Gobierno del estado de Río de Janeiro expresó confianza la semana pasada de que entregará la obra a tiempo, tras la liberación de un crédito por 2.900 millones de reales (unos 870 millones de dólares) luego de un decreto estadual de catástrofe pública por una crisis financiera.

   Si bien persisten las dudas sobre la conclusión a tiempo, unos 6.000 trabajadores se dividen hasta en tres turnos para terminar la ampliación del metro, que alcanzó un 97 por ciento de avance de obra en el llamado trecho olímpico.

   Otro problema para llegar al Parque Olímpico sería el costo de 25 reales (7,5 dólares) de la tarjeta olímpica, la única forma de pago para el metro o los autobuses con un uso ilimitado pero solo por 24 horas. Un pasaje común de metro cuesta 4,10 reales (1,23 dólares) y el del autobús 3,80 reales (1,14).

   "Las personas de la zona sur, la parte turística, (...) van a tener que tomar el metro, descender, entrar en un autobús e ir al lugar de competencias. Es un viaje lento. No va a resolver nada, toda esa gente acabará yendo en taxi, autobús de turismo o camionetas especializadas", dijo el ingeniero en transporte Marcus Quintella, profesor de la Fundación Getúlio Vargas (FGV).