Por Rex Gowar
MONTEVIDEO (Reuters/EP) - Formar un equipo que juegue bien en ataque es mucho más difícil que armar un conjunto que sea sólido en defensa, dijo el entrenador uruguayo Juan Ramón Carrasco, con una teoría que parece dar por tierra con una vieja creencia del mundo del fútbol.
Carrasco, quien derrochaba talento como mediocampista de creación en su época de jugador, cultivó un fútbol ofensivo que lo llevó a dirigir a la selección uruguaya entre el 2003 y 2004.
"Jugar como yo lo hago es muy difícil. Hay que tener una capacidad para trabajar mucho, para tener siempre en jaque al equipo rival, por eso nadie lo hace (...) ¿Quién hace este sistema y lo plasma en el mundo? Se ven muy pocos", dijo Carrasco en una reciente entrevista con Reuters en Montevideo.
"Es verdad que en el fútbol se puede ganar de muchas maneras. (Lo que yo propongo) no es fácil y muchos vuelven a la figura defensiva, a lo que están acostumbrados", destacó.
Carrasco, quien dirigió hasta la temporada pasada al River Plate de su país, dijo que su visión del juego no es nueva, ya que la postura no varió desde cuando era futbolista.
"Yo jugué de volante ofensivo, siempre miraba (un partido) con inteligencia, atrevimiento (...) Antes de tener un equipo yo siempre decía que iba a jugar a ganar, pero hay que plasmar. No es un discurso", sostuvo el verborrágico entrenador.
"Me gusta ganar mereciéndolo, siendo protagonista", agregó.
Carrasco comenzó su carrera como futbolista en Nacional de su país en 1973 y se retiró en el también uruguayo Rocha Fútbol Club en el 2001.
En su larga trayectoria, también pasó por River Plate y Racing Club de Argentina, Tecos de México, Cúcuta Deportivo de Colombia, Cádiz de España y el Peñarol local. También jugó 19 partidos con la selección uruguaya, marcando tres goles.
Carrasco ejemplificó con claridad las diferencias entre un entrenador al que él clasificaría como tradicional, y su propio modo de encarar los encuentros.
"Para salvar un partido sacan un delantero y ponen un defensor, yo jamás lo haría", destacó.
"No soy dueño de la verdad, pero tengo principios. Tengo un delantero cansado, entonces pongo otro, porque el otro equipo te quiere empatar y está dejando espacios", explicó.
Carrasco dirigió a Rocha y Fénix de su país antes de llegar a la selección uruguaya en 2003. Su período al mando de la "celeste" duró un poco más de un año y en ese lapso el equipo mostró un gran juego de ataque, pero serios problemas defensivos. Su partida se dio tras la caída 3-0 ante Venezuela por la eliminatoria al Mundial de Alemania.
En 2006 comenzó a dirigir al River Plate local, equipo que dejó a mediados de año.
ENTRENAR EN ATAQUE
Carrasco se mostró contrario a la forma de trabajo de buena parte de los entrenadores, que, según sus palabras, casi no dedican tiempo a practicar jugadas en ataque.
"En un entrenamiento de dos horas, defensivamente (trabajan) una hora y media, y después pelota quieta o algún espacio reducido (...) Si alguno te trabaja ofensivamente será 20 minutos o media hora. Yo trabajo defensivamente media hora y una y media o dos ofensivamente", señaló.
"¿Cuánto tardás en hacer una casa? Un mes, un año. ¿Cuánto en tirarla abajo? Una hora, y con una bomba, menos", remarcó.
Para Carrasco, el exceso de trabajo defensivo antes de un partido es contraproducente.
"Son horas de preparación, y después el domingo te encontrás con otra decisión porque todo lo que hiciste lo hiciste con un compañero. Hiciste un simulacro", sostuvo.
"Muchos quieren copiar y copian mal el sistema 4-4-1-1 con un delantero solo. Pero los carrileros son máquinas que llegan. Eso lo tiene nato el europeo, pero el sudamericano no, es más posicional. No lo sienten a no ser el lateral brasileño", concluyó.