Actualizado 20/01/2017 19:53

El estadio brasileño de Maracaná, una víctima más de Odebrecht

Vista del estadio de Maracaná y del Cristo Redentor en Río de Janeiro
RICARDO MORAES/REUTERS

   BRASILIA, 20 Ene. (Notimérica) -

   El mítico estadio de Maracaná, en Río de Janeiro, Brasil, se ha visto afectado presuntamente por las tramas de corrupción que se extienden por el país carioca. Actualmente, el estadio permanece en desuso desde que el pasado 29 de diciembre se apagaran sus luces por completo.

   El icono brasileño fue reformado especialmente para el Mundial de 2014. La reforma, que superó el doble del presupuesto presentado inicialmente, cerca de 372 millones de dólares, ahora se enfrenta a la sospechas por corrupción ligadas al caso de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht.

   Los Juegos Olímpicos de Río fueron los últimos momentos de disfrute del Maracaná, además, de unos cuantos partidos jugados tras el torneo. Y a falta de una semana para el comienzo de la temporada deportiva, los clubes de la ciudad brasileña temen por la continuidad de esta situación.

   El presidente del club deportivo Flamengo, Eduardo Bandeira de Melo, afirma que "cada día el estadio se deteriora un poco más" y pide a las autoridades que "logren encontrar una solución rápida".

   Sin embargo, la situación desde el Gobierno parece estar paralizada, tanto administrativamente como económicamente, ya que los empleados del estadio no han recibido sus salarios a tiempo desde hace meses, según informa el diario 'El Colombiano'.

¿QUÉ OCURRE?

   El pasado 30 de octubre el estadio volvió a ser gestionado por el concesionario privado de Maracaná S.A., tras ocho meses en manos del Comité Organizador de los Juegos.

   El consorcio, controlado por la conglomerado brasileño de construcción implicado en el caso de corrupción de Odebrecht, ha acusado al comité olímpico de "no haber cumplido sus compromisos para devolver el Maracaná en las mismas condiciones en las que lo recibió".

   Por su lado el director de comunicaciones del comité, Mario Andrada, asegura que tienen hasta enero para llevar acabo las "reformas menores" que necesita. No sin antes añadir, que el estadio ha sido devuelto en "mejores condiciones que cuando le fue confiado" por el concesionario.

   Lo cierto es que Maracaná S.A solicitó en junio del pasado año una rescisión del contrato por el incumplimiento de las cláusulas firmadas en un primer momento. El Gobierno de Río, tras la firma del contrato, habría suprimido la posibilidad de demoler una parte del complejo para la construcción de un parque de estacionamiento y un centro comercial.

   Por el momento, el Maracaná S.A ha anunciado sus intenciones de luchar judicialmente contra la orden dictada el pasado viernes que les obliga a comenzar con las labores de mantenimiento del estadio. Odebrecht pretenden abandonar el estadio.

COMPRADORES

   Aunque la situación está paralizada por el momento, dos grupos de compradores rivalizan por el futuro control del Maracaná.

   La francesa Lagardère, asociada a la empresa brasileña de marketing BWA, no cuentan con un gran apoyo por parte del Flamengo, que confiesa que "no hay manera de que vayamos a jugar en el estadio si los estafadores toman la gestión", refiriéndose a los problemas que tuvieron con la empresa de marketing en el pasado.

   La otra opción, también liderada por una compañía francesa, GL Events, parece gozar de un mayor apoyo ya que posibilitaría al equipo brasileño tener un papel más determinante en la futura gestión del estadio.

   A la espera de que el Maracaná vuelva a brillar después de tres años completamente abandonado, seco y oxidado como una víctima más de los entramados políticos que asoman en Brasil, los turistas se deben conformar con asomarse a través de las oxidadas puertas de la vieja leyenda.