Actualizado 05/03/2017 08:57

FOTOS/ El lamentable estado de las instalaciones olímpicas de Río seis meses después de la clausura de los Juegos

Maracaná
REUTERS
       

   BRASILIA, 5 Mar. (Notimérica) -

   Seis meses después de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el pasado mes de agosto, el Parque Olímpico de Río se pudre en un absoluto abandono.

   La mayoría de instalaciones de este parque se encuentran muy deterioradas debido al abandono al que han sido condenadas. Especialmente grave es la situación del estadio de Maracaná --el más grande del mundo-- en el que tuvo lugar la apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Río y, donde además, se jugó la final del Mundial de fútbol de 2014.

   El estadio de Maracaná sufre robos de material y en sus gradas faltan asientos. El césped está afectado y semiseco. Es un estadio de fútbol convertido en templo de la decadencia.

PISCINA OLÍMPICA

   Tablas de madera, tornillos por el suelo, basura acumulada en los rincones, la piscina del centro acuático con charcos de agua sucia estancada y el campo de golf olímpico, que exhibe césped desaliñado y reseco, son algunas de las imágenes que reflejan la dejadez en la que se ha sumido el Parque Olímpico de Río de Janeiro.PARQUE OLÍMPICO

   Asimismo, el Parque Radical de Deodoro, que albergó las pistas de canoaje, mountain bike y BMX, también permanece clausurado y vallado a los vecinos que hace apenas un año fueron los primeros en disfrutar de la gran promesa olímpica.

CRISIS FINANCIERA

PARQUE OLÍMPICO

   Esta situación se aleja mucho del legado y el beneficio prometido a los ciudadanos brasileños que, además de sufrir la crisis política y económica que no menguó a pesar del impulso del evento, son atacados por una violencia endémica.

MARACANÁ   

   Según las autoridades, el abandono de estas instalaciones, que supusieron un gasto de 12.000 millones de dólares, se justifica en la actual crisis que sufre el país.

   Según el diario 'La Nación', en la Villa Olímpica, que iba a convertirse en un complejo residencial de lujo, apenas unos 300 de los 3.600 departamentos ofrecidos fueron vendidos y en estos momentos se planea ofrecer descuentos para empleados públicos y militares.

GRADAS MARACANÁ

   Una vecina del cercano barrio carioca de Realengo, Taciana Moreira, señala que "es un desperdicio gastar tanto dinero en obras si tras los Juegos la población no puede aprovecharlas. La falta de cuidado hará que cuando quieran abrirlas al público ya sea demasiado tarde y todo se venga abajo".

   Es evidente que la recesión causó estragos económicos en Brasil y en el estado de Río de Janeiro en particular, ya que el escándalo de corrupción en Petrobras dejó a las principales constructoras brasileñas en una difícil situación financiera.

MARACANÁ

   De hecho, la concesionaria que gestiona el estadio de Maracaná, Maracaná SA, tiene como socia mayoritaria a la constructora Odebrecht, empantanada en el escándalo de sobornos de Petrobras.

   La empresa alegó que el Comité Organizador de Río 2016 no había devuelto el estadio en las condiciones en las que se lo habían entregado, por lo que dio comienzo una larga disputa judicial con el estado de Río de Janeiro --propietario de la instalación deportiva y en profunda crisis financiera-- que ha tenido como víctima la catedral del fútbol brasileño.

   Tras la celebración de los Juegos, no hubo interesados privados para gestionar el Parque Olímpico, por lo que la Alcaldía pasó su administración al gobierno federal concretamente al Ministerio de Deportes.

MARACANÁ

   El ministro de Deportes, Leonardo Picciani, explicó que "la difícil situación económica y política que atravesó Brasil el pasado año trajo inconvenientes en el desmontaje y alteración de las obras, pero estamos desarrollando un calendario de eventos deportivos, entrenamientos y acciones de inclusión social por medio del deporte para los próximos meses. Tenemos la convicción de que para el segundo semestre del año todas las instalaciones estarán funcionando de forma adecuada e intensamente"

   La Alcaldía de Río de Janeiro es responsable de tres estructuras temporales que ya deberían haber sido desmontadas: el centro acuático, el estadio Arena del Futuro (handball) y el estadio 3. La idea era que dichas instalaciones fuesen transformadas en escuelas y, sin embargo, continúan echándose a perder día tras día.