Actualizado 04/01/2014 00:42

El Fútbol en Brasil podría sufrir un caos total

 

   SAO PAULO, 2 ene, 2 Ene. (Reuters/EP) -

   El fútbol de Brasil, que este año albergará la Copa del Mundo por segunda vez en su historia, enfrenta un 2014 turbulento por  un crecimiento de la violencia en los estadios, una posible huelga de jugadores y disputas legales que podrían demorar la liga local o forzar a su reorganización.

   La atención internacional se ha enfocado en los desordenados preparativos de Brasil para el Mundial de junio, un proceso en el que no se cumplió con la fecha de entrega de varios estadios y en el que algunos proyectos de infraestructura prometidos han sido achicados o congelados.

   Si se mira el tema a fondo, dejando de lado el Mundial, la situación es todavía peor y amenaza con una repetición de los hechos de comienzos de la década de 1990, cuando los equipos se negaban frecuentemente a jugar partidos enfrascados en  interminables disputas sobre reglas de competencia o asignaciones de fechas y partidos.

   "No sólo la Copa Mundial está en problemas", dijo el columnista Marcelo Damato en el periódico deportivo Lance. "El fútbol brasileño es espantoso. La CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) es un desastre desorganizado".

   Uno de los principales temores es la creciente agresividad de los hinchas. La violencia empeoró en Brasil en 2013, con al menos 30 victimas fatales en enfrentamientos entre parcialidades según Mauricio Murad, un sociólogo de Río de Janeiro que escribió el libro 'Cómo entender la violencia en el fútbol'.

   Aunque se consideraba en gran medida erradicada en los últimos años, la violencia en las hinchadas volvió con más fuerza.

   En uno de los hechos más graves del 2013, tres personas fueron hospitalizadas tras un enfrentamiento entre hinchas en las tribunas en el partido entre Atlético Paranaense y Vasco da Gama el mes pasado, en el cierre de la temporada.

   Vasco perdió 5-1 y descendió. Sin embargo, ese resultado -y la caída de Vasco a segunda división- está en duda debido a un reclamo judicial.

   Vasco afirmó que el resultado debería ser anulado porque el árbitro detuvo el partido durante 70 minutos mientras la policía intentaba contener los disturbios. Las reglas de la CBF dicen que los encuentros deben ser suspendidos si la interrupción es superior a una hora.

MAS APELACIONES

   También se esperan problemas debido al caso de Fluminense y Portuguesa. Fluminense terminó en zona de descenso, dos puntos por debajo de Portuguesa, y cayó a la segunda división.

   Pero luego Portuguesa perdió cuatro puntos por presentarse con un futbolista no elegible durante 13 minutos de su último partido de la temporada, un empate 0-0 contra Gremio.

   Pese a que la aparición del mediocampista Heverton no afectó el resultado, la Corte Suprema de Justicia Deportiva de Brasil condenó a Portuguesa a descender a la segunda categoría.

   Las apelaciones de Vasco y Portuguesa fueron denegadas y ahora los clubes, o sus hinchas, amenazan con hacer demandas en tribunales civiles para que sus equipos sigan en primera.

   Eso podría demorar la temporada, llevar a la CBF a reorganizar la liga o incluso provocar que la FIFA, que prohíbe en forma expresa que la justicia civil se inmiscuya en temas futbolísticos, sancione a la federación.

   Aunque los problemas se solucionen, hay otra amenaza que viene de los futbolistas.

   Más de 1.000 futbolistas se han reunido y amenazaron con una huelga este mes si la CBF no responde a los reclamos de menos partidos y una pretemporada más larga.

   Los futbolistas quieren una temporada modificada, por lo menos 30 días de descanso al cierre de la actividad, una pretemporada extendida, reglas financieras más estrictas y una mayor representación en los organismos que toman las decisiones.

   También quieren que los equipos que no le pagan a tiempo a sus jugadores, algo usual en Brasil, pierdan puntos.

   Si bien los jugadores, que han nombrado a su movimiento Bom Senso FC (Sentido Común FC), reconocen que el Mundial dificulta implementar cambios este año, quieren un modelo nuevo para el 2015 y están enojados con la CBF porque se niega a tomar sus propuestas en serio.

   Con tan pocas fechas disponibles debido al parate por el Mundial, cualquier huelga llevaría al fútbol local a un mayor caos, justo mientras la FIFA y todo el mundo posa sus ojos en Brasil.