Por Tim Hanlon
BARCELONA, 2 feb, 2 Feb. (Reuters/EP) -
- El Barcelona recuperó su apetito de gol y está deslumbrando otra vez en ataque, en momentos en que las tácticas del técnico Luis Enrique empiezan a tener efecto.
Hace un mes, Luis Enrique estaba en el ojo del huracán por una supuesta discusión con la estrella del equipo, el argentino Lionel Messi, y sus días al mando del conjunto blaugrana parecían contados.
El ex mediocampista llegó al Barça tras una temporada en la que los catalanes no consiguieron ningún trofeo importante y fue puesto al frente de un nuevo proyecto que recibió dinero para nuevos fichajes, entre ellos el del uruguayo Luis Suárez.
Sin embargo, el equipo no había logrado mostrarse unido con Luis Enrique, que continuamente cambiaba formaciones y sus tácticas.
El Barcelona parecía dubitativo al inicio de temporada, sobre todo en defensa, y partido a partido necesitaba a sus estrellas para salir de los problemas.
Por esto, muchos aficionados cuestionaron si el polémico entrenador, que también tenía una relación difícil con los medios, era el hombre adecuado para el exigente puesto.
Sin embargo, desde la derrota ante la Real Sociedad en el primer partido tras el receso de Navidad, el Barça ha tenido un muy buen rendimiento, recuperando el deseo y el hambre característico de la etapa dorada liderada Pep Guardiola.
Desde esa derrota, el Barcelona ha anotado 29 goles en ocho partidos de Liga y de Copa del Rey.
El Barça, que venía de eliminar al Atlético de Madrid por la Copa del Rey, venció 3-2 el domingo a un Villarreal que llegó al Camp Nou con una racha de 18 partidos invicto.
En ese duelo, Luis Enrique volvió a experimentar dejando fuera a Xavi y a Ivan Rakitic y dándole una oportunidad al brasileño Rafinha, pero la táctica funcionó y la victoria le permite continuar su persecución del Real Madrid, que lo supera por un punto en lo más alto de la tabla.
Otros factores importantes en este renacer futbolístico del Barcelona es el alto nivel del brasileño Neymar y la motivación que parece tener Messi dentro de la cancha para intentar acallar las críticas.