Por Stuart Grudgings
SAO LOURENCO DA MATA, Brasil (Reuters/EP) - El césped largo, unas chozas y la cabeza de un animal de granja clavada sobre un poste marcan el lugar en el noreste de Brasil donde en cuatro años habrá un estadio de última generación para la Copa Mundial de Fútbol 2014.
Mientras Sudáfrica se alista para su Mundial el mes próximo, Brasil, un país fanatizado por el fútbol, es criticado por sus demoras y por no cumplir plazos en los preparativos para el certamen del 2014, que incluye la construcción completa de cinco estadios y reformas importantes en otros.
De los 12 estadios que tienen que estar listos en el enorme país sudamericano, sólo tres cumplieron con un plazo del 3 de mayo establecido por la FIFA para el comienzo de los trabajos de construcción, según el sitio web Portal Copa 2014, administrado por el colegio de ingeniería y arquitectura de Brasil.
"El país aún juega a la defensiva, sin ningún movimiento hacia el arco", afirmó el sitio, luego de realizar un estudio del progreso en abril.
"Los retrasos en los procesos de licitación, disputas en la corte, falta de definición de proyectos y problemas financieros aún están paralizando los trabajos de construcción", agregó.
Los planes para una reforma de 600 millones de reales (340 millones de dólares) del icónico estadio Maracaná en Río de Janeiro es uno de los proyectos retrasados, pues la obra aún debe ser licitada entre empresas de construcción.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, alertó sobre la situación este mes y afirmó que Brasil "no caminaba por la ruta correcta" y que le preocupaba el último informe de progresos.
El Gobierno de Brasil, que afirma que la construcción de estadios es responsabilidad de municipalidades y estados, ha elevado el prospecto de un reducido número de sitios para juegos si la infraestructura no está lista.
"Imagino que sería posible hacer la Copa del Mundo en seis estadios", dijo el martes el ministro de Planificación, Presupuesto y Gestión, Paulo Bernardo, según la Agencia Estado.
RIESGOS ECONOMICOS
Esa reducción sería una vergüenza para Brasil y un golpe para las ciudades en las regiones más pobres, como el noreste, donde los residentes están contando con un importante impulso económico a partir de la nueva infraestructura y cientos de miles de nuevos visitantes del extranjero.
La Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos de Río, dos años más tarde son vistos, como motores clave de la mayor economía de Latinoamérica en los próximos años.
Se prevé que el certamen, de un mes de duración, inyectará 183.000 millones de reales en la economía en 10 años, desde nueva infraestructura, como más aeropuertos, hasta el turismo, según un estudio encomendado por el Ministerio de Deportes.
En el sitio donde se planea construir un estadio en las inmediaciones de Sao Lourenco da Mata, cerca de la ciudad nororiental de Recife, los residentes afirman que no han escuchado de las autoridades, pese a que la fecha oficial para el comienzo de los trabajos era mediados de mayo.
"Hasta ahora, el Gobierno no ha dicho nada sobre cuándo comenzarán los trabajos y qué pasará con la gente aquí", dijo Vandelson Gomez de Souza, un campesino de 23 años que junto a otra decena de familias trata de ganar su sustento en la zona.
La ciudad costera de Natal tampoco ha comenzado los trabajos ni las licitaciones de su estadio Dunes, con capacidad para 45.000 personas.
El secretario estatal para las preparaciones para la Copa del Mundo, Fernando Fernandes, culpó a la burocracia y a un cambio en la infraestructura del proyecto por el retraso, pero dijo que ahora ya está andando.
"Tienes que obtener aprobación de la oficina del fiscal, de la secretaría de Planificación, tener un presupuesto, publicar la adjudicación, esperar 40 días (...) es un proceso largo", dijo Fernandes a Reuters en una conferencia de inversión en Natal.