MEXICO, 21 May. (EP/AP) -
La Basílica de Guadalupe, en México, se transformó el sábado durante unos minutos en un estadio de fútbol gracias a cientos de fanáticos que inundaron el templo y comenzaron a corear cánticos a favor de la selección nacional, cuyos integrantes participaron en una misa.
Los integrantes del equipo, elegantemente vestidos con traje negro y corbata verde brillante, escucharon el sermón, ofrendaron sus limosnas, comulgaron y se dieron la paz.
Al final del ritual católico, cuando recibían de manos de la alta jerarquía de la Basílica una imagen de la Virgen de la Guadalupe, los hinchas, que hasta entonces habían tratado de contenerse, irrumpieron en gritos. "¡Viva México!" y "¡Sí se puede!" fueron algunas de las frases con las que quedó rota la solemnidad que por lo general impera en esta iglesia de impresionantes dimensiones.
"Ustedes llevan los colores de la bandera, pórtenlos con orgullo", les dijo el arzobispo Norberto Rivera durante su sermón. El gran ausente de la ceremonia fue el técnico del conjunto, el argentino Ricardo Lavolpe.
Sin embargo, eso no pareció afectar a los seguidores, que en su mayoría vestían la camiseta oficial de la selección. Muchos portaban carteles y flores e insistían en gritar el nombre de su jugador favorito para poderlo saludar. Otros esperaron más de dos horas para poder darle su apoyo a la selección y tuvieron que presenciar una boda que se ofició minutos antes de que la selección llegara al lugar.
De la Basílica, el equipo se fue al aeropuerto para tomar un avión hacia Madrid y desde la capital de España se trasladarán a Alemania para iniciar los entrenamientos previos al Mundial.