Actualizado 18/10/2011 01:18

Ministro deportes Brasil es investigado por coimas

Por Raymond Colitt

BRASILIA (Reuters/EP)- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, enfrenta un nuevo escándalo de corrupción en su Gabinete tras acusaciones de que su ministro de Deportes aceptó sobornos, lo que plantea dudas sobre las credenciales del país para organizar el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos.

Las acusaciones, publicadas el fin de semana por la prestigiosa revista semanal Veja, implican un golpe inoportuno para Rousseff en momentos en que su Gobierno parecía avanzar tras una serie de escándalos que precipitaron la renuncia de cinco ministros en los últimos meses.

El involucramiento del ministro de Deportes, Orlando Silva, es particularmente sensible para el Gobierno de Rousseff, que lidia con un creciente presupuesto para la organización del Mundial de fútbol 2014 y acusaciones de sobrefacturación generalizada de proyectos de obras públicas para el evento.

Brasil también se prepara para organizar los Juegos Olímpicos del 2016 en Río de Janeiro.

Silva, el hombre de punta del Gobierno para proyectos de inversión e infraestructura para los megaeventos, negó las acusaciones, a las que calificó de "absurdas", y para defenderse se apresuró a regresar a Brasil desde México, donde estaba por los juegos Panamericanos.

"La información publicada el fin de semana simplemente no es cierta", aseguró Silva en una rueda de prensa y agregó que testificará en el Congreso el martes respecto a las acusaciones.

Rousseff, por su parte, reafirmó su respaldo a Silva, el único miembro del Gabinete que pertenece al Partido Comunista brasileño, que forma parte de la coalición de Gobierno.

"No sólo asumimos la integridad del ministro (Silva), sino que él también expresó su indignación extrema por las acusaciones en su contra", declaró Rousseff a la prensa en Pretoria, Sudáfrica, la primera escala en un viaje de una semana a Africa.

Sin embargo, analistas afirmaron que dicho respaldo podría erosionarse rápidamente si surge evidencia más concreta contra él.

ACUSACIONES

El reporte publicado en Veja acusó a Silva de encabezar un plan que data desde el 2004 para cobrar coimas por un 20 por ciento sobre contratos públicos, incluyendo proyectos deportivos para niños necesitados, y que lo recaudado era dirigido al Partido Comunista.

El informe estimó una canalización de más de 40 millones de reales (22,8 millones de dólares) al Partido Comunista por medio de esas supuestas coimas.

Veja citó a un ex contratista disgustado, quien fue arrestado el año pasado durante una investigación policial sobre la supuesta recaudación ilegal de fondos del partido que habría comenzado durante el Gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, entre el 2003 y el 2010.

Silva, quien fue viceministro de Deportes durante el Gobierno de Lula, recibió una vez dinero en efectivo en el garaje de su ministerio, dijo un chofer a Veja.

Brasil espera usar los dos eventos deportivos para mostrar su surgimiento como un poder económico.

Sin embargo, la construcción de varios estadios, terminales aeroportuarias y otras obras relacionadas con los certámenes están retrasadas y la partida de Silva podría desordenar aún más los preparativos.

Rousseff ha adoptado una postura más dura contra la corrupción que su predecesor y mentor Lula, quien a menudo hacía vista gorda a acusaciones de corrupción para no arriesgar el apoyo político.

Al parecer, su defensa de un Gobierno limpio le ha valido algo de apoyo a Rousseff, particularmente entre votantes de clase media.

La funcionaria pública de carrera de 63 años ha repuntado en los sondeos de opinión, pero la pérdida de un nuevo ministro podría plantear dudas sobre su juicio a la hora de elegir a sus más cercanos asesores.