Actualizado 04/07/2010 20:05

MUNDIAL-La Argentina de Maradona no tuvo un "Plan B"

Por Enrique Andrés Pretel

CIUDAD DEL CABO (Reuters/EP) - Tras la humillante derrota 4-0 ante Alemania en cuartos de final, muchos ahora se preguntan cuál de las dos Argentinas de Diego Maradona fue un espejismo: ¿la del fútbol ofensivo que enamoró con cuatro victorias consecutivas en el Mundial o la decepcionante selección que sufrió en la fase clasificatoria sudamericana?.

En los 13 partidos bajo la batuta del mítico 10, Argentina nunca pudo remontar un resultado adverso y eso quedó demostrado el sábado, cuando un madrugador gol de la selección germana desbarató su dibujo ofensivo, agrietó la defensa y puso en evidencia la falta de juego y de jugadores en la mitad de la cancha.

Un solitario Javier Mascherano trató al mismo tiempo de contener a los alemanes y hacer jugar a los suyos desde la posición de volante defensivo, donde fue superado una y otra vez por las rápidas combinaciones de los centrocampistas europeos, mientras la ayuda llegaba tarde al repliegue.

Cuanto más avanzaron los argentinos en busca del empate, más fácil llegaban los alemanes al contragolpe y así cayeron los goles uno detrás de otro, con los defensores Gabriel Heinze y Nicolás Otamendi, que normalmente juegan de centrales en sus clubes, sudando en las bandas para detener a los germanos.

"El resultado no es lo que pasó en la cancha. (...) no se cumplió el sueño pero sí se encontró un camino, un camino de respetar el fútbol argentino, de tocar la pelota, de volver a las raíces", fue el balance de Maradona en rueda de prensa.

Pero no fue la primera vez que se veía la ausencia de creación en las filas "albicelestes", aunque ese defecto fue maquillado por las seguidilla de victorias 1-0 con Nigeria, 4-1 ante Corea del Sur, 2-0 contra Grecia y 3-1 frente a México gracias a la gran calidad de sus futbolistas de ataque.

Y de eso se había dado cuenta el técnico alemán Joachim Loew, quien antes del partido aseguró que había encontrado el punto débil de la poderosa "albiceleste", que llegaba al estadio Green Point de ciudad del Cabo con el cartel de la selección más goleadora y más ofensiva del torneo.

"Argentina es un equipo dividido entre defensa y ataque. Era clave controlar el centro del campo para construir nuestra victoria", reveló el entrenador tras conseguir el triunfo.

¿PLAN B?

Puede que también ahí esté la explicación del pobre balance de su estrella Lionel Messi. La luminaria del torneo regresa a casa con cero goles y una galería de regates para el recuerdo con los que nunca pudo marcar ni los goles, ni la diferencia.

Ante Alemania, como en otras ocasiones, Messi debió bajar hasta el centro del campo para hacerse de la pelota, alejándose de la zona de peligro donde ha demostrado de sobra ser el mejor futbolista del momento con el Barcelona.

Pero sin las asistencias de jugadores como Xavi y Andrés Iniesta, con las que logró 34 goles en 35 partidos en la Liga española y 8 goles en 11 partidos en Liga de Campeones en 2010, la "Pulga" rinde menos vistiendo la casaca "albiceleste" que la "blaugrana".

Con Juan Sebastián Verón sentado en el banco y Román Riquelme -enfrentado a Maradona rechazó jugar en la selección- Esteban Cambiasso y Fernando Gago a miles de kilómetros viendo el partido por televisión pareció que el técnico no tenía un "Plan B" en caso de ir perdiendo y tener que controlar el centro de la cancha para remontar.

En su convocatoria de 23 estrellas para el Mundial de Sudáfrica, el "Pelusa" llamó a seis delanteros por siete mediocampistas, de los que los jóvenes Mario Bolatti y Javier Pastore eran suplentes fijos en el "equipo de gala", lo que pareció descompensar el juego de los argentinos.

Eso dejó el sábado a Bastian Schweinsteiger, escudado por Sami Khedira y Mesut Oezil, hacerse dueño del centro de la cancha dominando el juego para habilitar a los delanteros alemanes.

"El Diego" vuelve derrotado a Argentina, "sin fuerzas para nada" y meditando sobre su continuidad al frente del combinado nacional con el que tiene contrato hasta la Copa América del 2011, que se celebrará precisamente en su país.

No parece que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, se vaya a oponer a que siga en el cargo, y menos su familia, que ha visto como Maradona encontró la felicidad y un "volver a vivir" en su nuevo rol de técnico, después de haber sufrido muchas angustias por su adicción a las drogas y el alcohol.

Pero habrá que esperar a ver cómo digiere la afición y los medios tener que esperar cuatro años más para volver a la elite mundial del fútbol tras dos décadas de amargos sinsabores.

"Yo estoy tan desilusionado como todos los argentinos. Ver caer a mi país en un partido de fútbol es muy duro para uno que vistió la camiseta (...) en un país que vive y respira fútbol no creo que nadie esté contento", se lamentó Maradona.

(Por Enrique Andrés Pretel; editado por Luis Ampuero)