Actualizado 18/06/2014 18:56

MUNDIAL-Para Brasil, empate 0-0 puede ser un gran augurio

Por Brian Winter

SAO PAULO, 18 jun, 18 Jun. (Reuters/EP) -

- Si la historia sirve de guía, los hinchas de Brasil no deben temer porque el frustrante empate sin goles ante la selección de fútbol de México puede ser lo mejor que le haya pasado al equipo anfitrión del Mundial.

En 1958, al igual que en el 2014, Brasil abrió el Mundial con una sólida victoria a la que le siguió un plano 0-0 en su segundo juego de la fase de grupos ante Inglaterra.

Buscando agitar las cosas, el director técnico brasileño cedió el turno a dos suplentes que no había utilizado previamente: un delantero de ojos muy abiertos de 17 años llamado Edson Arantes do Nascimento que casi falla el examen psicológico realizado al equipo ese año.

El otro era un extremo con las piernas muy deformadas, Manuel Francisco dos Santos.

Entonces como ahora, ambos jugadores eran más conocidos por sus apodos: Pelé y Mané Garrincha.

Los reemplazantes funcionaron y muy bien. Brasil ganó el resto de sus partidos en 1958 y regresó a casa con la primera de sus cinco Copas del Mundo.

Pelé, por supuesto, se convirtió en el mejor jugador de fútbol de la historia. En la imaginación del público brasileño rivaliza solo con Garrincha, cuyo estilo juguetón y raíces humildes lo hicieron un héroe popular local.

Pero para que nadie piense que 1958 fue un golpe de suerte, Brasil sufrió otro empate 0-0 en su segundo partido de la siguiente Copa del Mundo, en 1962, esta vez ante Checoslovaquia.

Naturalmente, cundió el pánico.

El resultado: otro campeonato.

Cualquier referencia a tal precedente parecía mayormente ausente de los periódicos brasileños el miércoles, que lamentaron el desempeño del equipo anfitrión ante México y especularon que el entrenador Luiz Felipe Scolari haría cambios significativos en la alineación para el siguiente partido contra Camerún el lunes.

No hay señales de que Brasil tenga otro Pelé o Garrincha esperando en el banco en este momento.

Pero para los supersticiosos, hay al menos un presagio esperanzador. El partido del lunes se jugará en una nueva instalación en Brasilia, conocida localmente como el "Estadio Nacional Mané Garrincha".