BRASILIA, 14 (Reuters/EP)
Olvide al siempre discreto, responsable y predecible suizo.
La selección que participa en la Copa del Mundo es un plantel amante de la diversión que irradia confianza, juguetea alrededor de la piscina y, casi increíblemente, llega tarde a las conferencias de prensa.
Las últimas dos apariciones de Suiza en un Mundial fueron discretas, con el equipo europeo anotando un total de cinco goles en siete partidos, recibiendo uno y sin despertar el interés de los hinchas de su país.
Ahora, con Suiza en el sexto lugar del ranking de la FIFA y con sólo una derrota en los últimos dos años, su campaña ha atraído una atención mediática sin precedentes.
En un clásico caso de exageración, los medios se han quedado sin gente con la que hablar y el entrenador Ottmar Hitzfeld ha sido entrevistado por casi todas las estaciones televisivas y los periódicos.
Antes de viajar a Brasil, la selección entrenó por una semana en la ciudad de Weggis, donde todas las prácticas fueron abiertas al público, mientras que el último entrenamiento se realizó en el estadio Letzigrun en Zurich.
También hay un aire de confianza que rodea al equipo que no existía antes.
El atacante Josip Drmic, quien espera ser de la partida ante Ecuador en el partido debut del Grupo E el domingo, dijo a periodistas que estaba "más rápido y más peligroso" que el retirado máximo goleador del equipo Alexander Frei.
Pese a que solo era una broma, es el tipo de comentario que un jugador de sólo 21 años no habría soñado hacer en el pasado.
Además, las conferencias de prensa de Suiza han comenzado invariablemente con un retraso de más de media hora, algo impensado para un país que ha hecho de la puntualidad un estilo de vida.
Los jugadores también han sido vistos haciendo trucos en la piscina. Xherdan Shaqiri le lanzó el balón a Drmic, quien saltó y golpeó la pelota con una volea y la lanzó al agua. La imagen fue mostrada en el sitio de internet de la Federación suiza con un mensaje que advierte que los niños no lo hagan en casa.