Actualizado 09/07/2015 00:20

MUNDIAL-Derrotado Brasil, lucha para soportar a los hinchas argentinos

Por Paulo Prada

RÍO DE JANEIRO, 11 jul, 11 Jul. (Reuters/EP) -

- Las personas de la meca turística de Río de Janeiro están acostumbradas a casi todo: desde turistas ebrios y bronceados procedentes de latitudes del norte, hasta mochileros en busca de drogas y sexo.

Incluso más de medio millón de extranjeros que durmieron en la playa Copacabana antes de un sermón del Papa Francisco en el 2013 no salieron de lo común, ya que incluso una mayor cantidad de personas converge allí para la víspera del Año Nuevo y las festividades de Carnaval cada año.

Pero ahora hay algo que está poniendo a prueba la paciencia de los residentes de Río: la ola de presumidos y bulliciosos argentinos que llega para la final del Mundial.

Después de la humillante eliminación de Brasil tras una histórica goleada 7-1 ante Alemania el martes en semifinales, los brasileños están viviendo momentos difíciles para aceptar que su tradicional rival jugará la final del domingo en el Maracaná, la catedral del fútbol local y un estadio en el que los anfitriones esperaban estar levantando el trofeo más codiciado del deporte.

"Esto añade sal a la herida", dijo Luiz Felipe Lampreia, ex ministro de Asuntos Exteriores de Brasil que entiende bastante bien la rivalidad con su vecino sudamericano. "Un triunfo argentino es simplemente impensable".

Puede que sea solo un juego, pero después de invertir 11.000 millones de dólares para organizar el torneo, muchos brasileños confiaban que su selección -cinco veces campeona del mundo- ganara de nuevo.

En cambio, la presidenta Dilma Rousseff, que planea asistir a la final, ahora afronta la posibilidad de tener que entregar el trofeo a Lionel Messi, el capitán argentino y una súper estrella que opaca a cualquier futbolista brasileño actual.

Los dos países, que son los más grandes de Sudamérica, se han enfrentado en casi todos los campos posibles: desde la economía y la geopolítica hasta el deporte.

RIVALIDAD FUTBOLÍSTICA

Una constante, sin embargo, ha sido su rivalidad futbolística.

Los países, indiscutidas potencias del deporte en Latinoamérica, dicen tener al mejor futbolista de todos los tiempos: Pelé, ganador de tres Mundiales con Brasil, y Diego Maradona, guía de Argentina en uno de sus dos títulos.

Tras la humillación del martes ante Alemania, el consultor de negocios brasileño Mario Marconini dijo que tenía terror de acudir a una reunión con clientes argentinos el miércoles en Sao Paulo.

"Al menos fueron inteligentes para entender lo sensible que es esto y no se metieron demasiado conmigo", dijo Marconini.

Sin embargo, la horda de hinchas argentinos que está llegando a Río, muchos de ellos viajando miles de kilómetros en auto, difícilmente tengan tanta sensibilidad. Más que cualquier hincha de alguno de los otros 31 equipos del Mundial, los argentinos han sido criticados por ser cualquier cosa menos delicados.

Arman carpas en áreas públicas, cantan canciones cargadas de improperios sobre Brasil y cuelgan sus banderas celestes y blancas en árboles, balcones y cables de electricidad. Los comerciantes y meseros también se quejan de su escaso esfuerzo en hablar el portugués.

La invasión de argentinos para la final comenzó el jueves, después de que su selección venció a Holanda por penales en Sao Paulo en las semis.

"Podemos ser ruidosos, pero es todo diversión", dijo Cecilia Calderón, una hincha argentina de 37 años de Buenos Aires.