Por Patrick Johnston
6 mayo, 6 May. (Reuters/EP) -
- Alberto Zaccheroni ha hecho todo lo posible durante cuatro años al frente de la selección de Japón para desprenderse del estereotipo de futbolista italiano concentrado en la defensa.
El entrenador italiano transformó a los "Samuráis Azules" en un equipo con un por momentos vistoso juego de ataque lleno de talento, capaz de abrirse camino y convertir goles contra los oponentes más difíciles.
Este estilo emocionante de juego se da gracias a la capacidad de los creadores de juego Shinji Kagawa y Keisuke Honda y el respaldo de defensas como Yuto Nagatomo y Atsuto Uchida.
Sin embargo, los resultados no han sido los esperados.
El equipo concedió cuatro goles ante Uruguay e Italia el año pasado, tres frente a Brasil y China, y también cayó contra Bielorrusia, Serbia, Bulgaria y Jordania.
La falta de goles no fue un problema en los 26 partidos de Japón entre el 1 de agosto del 2012 y su último amistoso contra Nueva Zelanda en Tokio a comienzos de marzo, pues los nipones marcaron 39 tantos. El tema fue que concedieron también 39.
Esto quitó algo del brillo que tuvieron los primeros logros de Zaccheroni en su primera incursión como entrenador de una selección, que fue recibida con algo de escepticismo en Japón.
Si bien los hinchas esperaban que Marcelo Bielsa o Manuel Pellegrini sucedieran a Takeshi Okada, que renunció tras la eliminación en octavos de final de Sudáfrica, recibieron con un cauto optimismo la llegada de Zaccheroni.
El técnico italiano había puesto fin a tres años lejos del deporte al hacerse cargo de la Juventus por un infructuoso período de cuatro meses que terminó en mayo del 2010.
El prestigio de Zaccheroni comenzó en su época al frente del Udinese con algunas tácticas innovadoras antes de sumarse al AC Milan y llevarlo a lograr el título de la Serie A en 1999 con una formación 3-4-3 que experimentó con Japón.
El italiano volvió a un esquema 4-2-3-1 cuando lideró a Japón al título de la Copa Asiática en enero del 2011, pero intentó modificaciones en medio de sus fracasos frente a contrincantes más difíciles fijados por la Asociación Japonesa de Fútbol a su pedido.
El descontento se ha hecho sentir desde las gradas ante su persistencia de continuar con quienes son percibidos como favoritos, por ejemplo Yasuyuki Konno en la defensa central, pese a problemas en la línea de fondo y luego de que su club Gamba Osaka fuera relegado a la segunda división.
Sin embargo, al igual que le sucederá a la mayoría de los 32 técnicos en el Mundial de Brasil, la prueba de fuego serán los resultados en el torneo, en el que Japón espera alcanzar los cuartos de final en su quinta aparición consecutiva en una Copa del Mundo.
Japón integra junto a Colombia, Grecia y Costa de Marfil el Grupo C, y Zaccheroni confía en que su selección pueda dejarlo atrás con éxito.
(Traducido al español por Juana Casas, Editado por Patricia Avila)