Actualizado 14/06/2014 16:10

MUNDIAL-Gaucho argentino recorre 2.800 kms con su familia y suma novena Copa junto a la "albiceleste"

Por Marcelo Androetto

BELO HORIZONTE, 14 jun, 14 Jun. (Reuters/EP) -

- A algunos de los miles de hinchas argentinos que viajaron a Brasil para alentar a su selección durante el Mundial les resulta imposible pasar desapercibidos, y uno de ellos es el "gaucho" Hugo Lisowyj.

Vestido de blanco y celeste, con bombachas (babuchas), pañuelo, sombrero y todos los accesorios de un gaucho que se precie, Lisowyj siguió al detalle la práctica abierta realizada esta semana por el conjunto "albiceleste" en el estadio Independencia de Belo Horizonte, que convocó a miles de hinchas que se deleitaron con Lionel Messi y sus compañeros.

"Este es el noveno Mundial al que voy como hincha; además también seguí a la selección en tres ediciones de la Copa América", contó Lisowyj, de 60 años y oriundo de la ciudad de Esperanza, en la provincia de Santa Fe.

Esta excursión tiene un sabor distinto para este particular hincha, ya que no hizo el viaje solo.

"Para mí Brasil es especial, porque pude traer a mis dos nietos -una nieta de cinco años y un nieto de ocho-, además de mi hija y mi mujer", señaló.

"Estoy orgulloso de haber venido con ellos. Cruzamos buena parte de Brasil, un total de 2.800 kilómetros desde casa", precisó Lisowyj.

Antes de emprender el viaje hacia Río de Janeiro para ver el debut del equipo de Alejandro Sabella ante Bosnia Herzegovina, Lisowyj expresó su confianza de que esta vez Argentina llegará más lejos que en los Mundiales anteriores.

"Creo que las cosas van a andar mejor con Sabella que con el Diego (Maradona). Muchas cosas se hicieron mal en Sudáfrica y después fueron saltando a la luz (...) Lo sé porque donde está la selección, yo estoy; todos los días ahí, bien cerquita. Y después la sigo adonde le toque jugar", dijo jactándose de su conocimiento del equipo.

Para testimoniar esta fidelidad, Lisowyj se acercó durante la semana a Cidade do Galo -el complejo usado por Argentina en las afueras de Belo Horizonte- con varios salames (embutidos) y un filoso cuchillo, para convidarle un bocado a quien se cruzara en su camino -ya fueran hinchas, periodistas o policías-.

La "fiebre" mundialista de Lisowyj arrancó en Argentina 1978 y se prolongó hasta el día de hoy. Ni siquiera la grave crisis económica que aquejaba a su país en 2002 lo disuadió de perderse el Mundial de Corea del Sur y Japón.

"Mi padre llegó a Argentina desde Polonia, y en 1978 me llevó a ver Polonia-México en Rosario. Después mi hermano me dijo de ir a España 82; al final él no pudo ir y yo viajé solo. A partir de entonces no dejé de viajar a ningún Mundial", explicó.

Más allá de sus particularidades, Lisowyj comparte la misma ilusión que millones de argentinos: "Jugaremos la final con los brasileños. Y obviamente vamos a ganarla", se aventuró.