Por Brian Homewood
JOHANNESBURGO (Reuters/EP) - La carrera de Robinho como futbolista es bastante desordenada e incluye enojos, alejamientos de clubes y largas polémicas en torno a posibles transferencias.
Sin embargo, su carrera como internacional podría ser bastante más diferente. Cuando se pone la camiseta amarilla de Brasil, Robinho se muestra como un jugador confiable, que no se queja y que siempre da la sensación de estar en casa.
El habilidoso atacante, uno de los pocos futbolistas que juega mejor en su selección que en su equipo, ha sido uno de los asiduos convocados por Dunga desde que asumió la dirección técnica de Brasil hace cuatro años.
Su única queja desde que la selección "verdeamarela" arribó a Sudáfrica para el Mundial fue que sus compañeros de equipo no pueden seguirlo en sus particulares festejos de gol.
"Hay muchos con cintura dura en el equipo: Kaká, Luis 'Fabuloso'. Quiero ver si pueden bailar un poco mejor", declaró Robinho.
El delantero saltó a la escena con 18 años con Santos en el 2002, cuando su desequilibrante gambeta ayudó al equipo a ganar el campeonato brasileño.
Uno de los momentos más recordados de su carrera se produjo en la final de aquel año ante el Corinthians, cuando Robinho realizó una "bicicleta" pasando por encima de la pelota siete veces antes de que un defensor rival le cometiera penal.
Sin embargo, tres años después se peleó con el Santos cuando el club no quiso venderlo al Real Madrid, boicoteando entrenamientos en protesta hasta que se cerró el fichaje.
Sus tres temporadas en el Madrid terminaron de manera similar, con una larga disputa por una transferencia que finalmente lo depositó en el Manchester City inglés en lugar del Chelsea, el club que había hecho público su interés por él.
A comienzos de este año fue cedido a préstamo nuevamente al Santos y, pese a que claramente disfrutó del regreso a su país, ahora está en medio de una especulación sobre su futuro, donde el Besiktas turco aparece como un posible destino.
En contraste, su carrera en la selección ha sido próspera.
Fue el goleador en la Copa América que Brasil ganó en el 2007 con seis tantos, y también ganó la Copa Confederaciones dos veces, en 2005 y 2009.
Robinho jugó 15 de los 18 encuentros de la eliminatoria sudamericana, estando ausente en los últimos tres sólo porque su equipo ya estaba clasificado. Con 26 años, ya suma 73 partidos y 25 goles como internacional.
El atacante ha mostrado un buen rendimiento en los amistosos de preparación de Brasil para el Mundial, anotando un gol en la victoria 3-0 sobre Zimbabwe y otros dos en la goleada 5-1 ante Tanzania.
Robinho es uno de los cuatro delanteros que tiene el plantel de 23 hombres de Brasil, y también uno de los pocos capaces de destrabar una defensa con una momento de inspiración individual.
Brasil debutará el martes ante Corea del Norte en el estadio Ellis Park de Johannesburgo por el Grupo G que también integran Portugal y Costa de Marfil.