Actualizado 13/06/2014 02:29

RESUMEN 3-Entusiasmo por el Mundial revive en Brasil a pesar de las protestas

* Atmósfera festiva colma ciudades de Brasil tras inicio del Mundial

* Al menos 5 heridos en enfrentamientos en primer día de la Copa

* Demoras de obras y descontento de brasileños por gastos empañan Mundial

* Desarrollo del torneo podría incidir en imagen política de Rousseff

(Agrega victoria Brasil 3-1 ante Croacia en primer partido, contexto)

Por Brian Winter y Marcelo Teixeira

SAO PAULO, 12 jun, 13 Jun. (Reuters/EP) -

- Brasil sucumbió el jueves a la fiesta del Mundial de fútbol después de que su selección ganó el partido inaugural del torneo, aunque las protestas violentas surgidas previamente en el día fueron un recordatorio de que muchos brasileños siguen furiosos por el fuerte gasto realizado para el torneo.

Millones de hinchas vestidos en amarillo canario, verde y azul, los colores de la bandera de Brasil, celebraron la victoria de Brasil sobre Croacia en Sao Paulo y se preparaban para continuar los festejos en la noche.

El país quedó brevemente en silencio cuando Croacia tomó ventaja con un autogol en los primeros minutos del partido, pero los petardos, las cornetas y los tambores volvieron a sonar cuando Brasil recuperó impulso para conseguir el triunfo 3-1.

A pesar de las preocupaciones por el tráfico y el estadio de Sao Paulo, cuya construcción fue terminada con un atraso de seis meses y no tuvo una prueba a plena capacidad antes del juego, no hubo reportes iniciales sobre problemas de logística graves en la ciudad.

Cerca de un cuarto de las luces del estadio se apagaron brevemente durante el partido, pero fueron encendidas poco después.

"Pese a toda la controversia, hay un Mundial y nosotros somos brasileños. Debemos olvidarnos de todo y alentar a Brasil", dijo Natia Souza, una hincha en el centro de Sao Paulo.

La presidenta Dilma Rousseff, quien asistió al juego y ha defendido al Mundial de las críticas de cara a su campaña para la reelección en octubre, fue abucheada reiteradamente por muchos en el estadio y por hinchas en sitios públicos donde se instalaron pantallas gigantes.

El evento se ha visto empañado por las demoras en las obras de construcción y meses de disturbios políticos, ya que muchos brasileños están molestos porque se han gastado 11.300 millones de dólares para el Mundial, en un país donde los hospitales y escuelas públicas tienen muchas necesidades.

El jueves surgieron protestas en muchas de las 12 ciudades de Brasil que son sede de la Copa, incluyendo Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte. Algunas manifestaciones congregaron a más de 1.000 personas, mientras que en otras sólo había unas cuantas decenas.

Antes del mediodía, la policía usó bombas de ruido y gases lacrimógenos para dispersar a una multitud de alrededor de 600 manifestantes que se congregaron en el este de Sao Paulo, a unos 10 kilómetros del Arena Corinthians.

Luego de que los manifestantes intentaron cortar la principal calle que lleva al estadio, al menos cinco personas resultaron heridas en enfrentamientos con efectivos, dijo un portavoz de la policía.

Más de 10 personas fueron arrestadas en la ciudad sede de Porto Alegre, en el sur de Brasil, dijo un policía. Los manifestantes del lugar volcaron un vehículo policial y rompieron las ventanas de un banco.

Alrededor de 1.000 manifestantes en Río de Janeiro marcharon pacíficamente, pero unos cuantos quemaron banderas brasileñas y portaron consignas como "FIFA vete a casa", refiriéndose al organismo que rige al fútbol internacional.

Un fotógrafo de Reuters recibió un piedrazo en la cabeza en Belo Horizonte. Se encontraba estable.

Incluso algunos brasileños que no acudieron a protestar dijeron que estaban molestos.

"Desafortunadamente estas protestas llegan demasiado tarde. El dinero ya se robó y no hay nada que podamos hacer más que llorar", dijo Luiz Reis, de 47 años, un abogado que iba camino a casa a ver el partido inaugural.

ANIMOS DE FIESTA

En buena parte del país, los ánimos pesimistas dieron paso a una atmósfera de celebración. Miles de hinchas locales y extranjeros cantaron y saltaron frente a pantallas gigantes de televisión instaladas en el centro de Sao Paulo para el partido con Croacia que empezó a las 17.00 hora local.

Grupos de hinchas croatas bebían cerveza a media mañana y las calles del vecindario bohemio de Vila Madalena estaban tan atestadas que era difícil caminar por la zona. El sonido de los petardos colmaba muchas ciudades brasileñas.

Hay expectativas de que los brasileños ganen el que sería el sexto título mundial de Brasil.

"Todo ha sido paz y amor. La gente ha sido muy amistosa", dijo Federico Ortuyo, un argentino que acudió al estadio en Sao Paulo.

Para el gigante sudamericano hay muchas cosas en juego, y no sólo en la cancha. La manera en que se desarrolle el torneo podría tener un efecto en las posibilidades de Rousseff de ser reelecta en octubre y en la reputación de estabilidad de Brasil entre los inversores.

Rousseff ha desestimado las quejas sobre los sobrecostos y retrasos en la preparación de estadios y aeropuertos y apuesta a que Brasil dará un buen espectáculo sobre la cancha.

"Lo que estoy viendo más y más es la bienvenida dada a los equipos y la felicidad del pueblo brasileño con nuestro equipo", dijo Rousseff en un discurso el miércoles.

Brasil es generalmente considerado el hogar espiritual del fútbol y en los últimos días han proliferado las banderas y fiestas en las calles.

Sin embargo, hay una larga lista de posibles problemas y el principal riesgo tanto para los hinchas como para el Gobierno parecen ser las manifestaciones callejeras violentas.

Protestas y huelgas fueron planeadas en las 12 ciudades sede, incluyendo una acción de 24 horas por parte de algunos trabajadores aeroportuarios en Río de Janeiro para retrasar las operaciones, pero la amenaza de una huelga en el metro de Sao Paulo se ha ido disipando.