Por Martin Herman
LONDRES (Reuters/EP) - Marcas de quemaduras y astillas de grafito brillantes incrustadas en el césped fueron testimonio de que el tenista chileno Fernando González estuvo allí con su poderosa derecha, la cual le permitió avanzar el martes a la segunda ronda del Abierto Británico.
González, quien cayó en las semifinales del Abierto de Francia después de vencer a Andy Murray en la ronda anterior, mostró su característicos derechazos para imponerse al ruso Teimuraz Gabashvili con parciales de 7-5, 7-5 y 6-3.
Más actuaciones como esta podrían convertirlo en una verdadera amenaza para Murray, favorito local en Wimbledon, nuevamente en los cuartos de final, aunque la tendinitis en su rodilla derecha fue claramente una molestia para el chileno en su primer partido de la temporada en césped.
Pocos hombres en el circuito son tan potentes como el jugador de 28 años.
Esta vez su víctima fue Gabashvili, quien lo había vencido en el Abierto de Estados Unidos hace dos años en el único partido previo entre ambos.
"Vamos Feña", fue el grito de apoyo de los chilenos en las tribunas.
González respondió con sonrisas, bromas y algunos momentos de gran tenis.
En estos días en que los jugadores muestran rostros impasibles y emociones controladas, González parece ser una excepción.
Un grito de "¡Vamos González ... eres el hombre!", de un estadounidense presente en la multitud fue recibido con una sonrisa por el chileno, quien no duda en participar de algunos enfrentamientos con los jueces del partido.
NIVEL BAJO
De todos modos, González, quien dio la sensación de estar jugando como local, admitió que el martes no fue su mejor día.
"No jugué un gran tenis (...) Pero saqué bien, que es lo que se tiene que hacer aquí", dijo el sudamericano, quien de vez en cuando dejaba escapar algún grito de dolor por su problema físico.
"Tengo dolor, gran dolor en mis rodillas. Es mucho peor en el césped y en canchas duras que en el polvo de ladrillo, donde uno termina deslizándose", agregó.
Pero incluso en un mal día, el chileno demostró sentirse a gusto ante la multitud.
"Por lo general me gusta disfrutar de estar en la cancha", confesó.
"Es mi trabajo, es un gran trabajo, pero para mí también es un juego y es bueno que la gente sea parte de esto. Me gusta que puedan participar un poco del partido", señaló.
Más allá de un breve instante en el segundo set en el que su rival le quebró el servicio, González tuvo bajo control el partido, con 18 aces y buenos slices.
Tras el encuentro, el medallista de plata en individuales en los Juegos Olímpicos de Pekín se negó a mirar más allá de su duelo por segunda ronda ante el argentino Leonardo Mayer.
"Me encantaría jugar con Andy (Murray) de nuevo, me encantaría estar en los cuartos de final (...) pero primero tengo muchos partidos difíciles antes de poder pensar en estar aquí la próxima semana", advirtió el chileno.