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Por Syed Raza Hassan
ISLAMABAD, 9 jun, 9 Jun. (Reuters/EP) -
- Militantes talibanes disfrazados de efectivos de seguridad irrumpieron el domingo en el aeropuerto más concurrido de Pakistán, iniciando una batalla nocturna que dejó al menos 27 personas, en uno de los objetivos más importantes del país.
El asalto contra el aeropuerto internacional Jinnah, en Karachi -la capital comercial del país, de 18 millones de habitantes-, casi destruye las perspectivas de las negociaciones de paz entre los talibanes y el Gobierno del primer ministro Nawaz Sharif, quien llegó al poder el año pasado con la promesa de encontrar una solución negociada a años de violencia.
También propina un duro golpe a los esfuerzos de Sharif de atraer a más inversores extranjeros para reactivar el crecimiento económico y plantea dudas acerca de la seguridad en instalaciones clave del país.
En un posible cambio de estrategia, los talibanes dijeron que su misión era secuestrar un avión, un giro con respecto a su patrón de bombas al costado del camino y ataques suicidas.
"El principal objetivo de este ataque era perjudicar al Gobierno, incluyendo el secuestro de aviones y la destrucción de instalaciones estatales", dijo Shahidullah Shahid, un portavoz talibán.
El ataque comenzó justo antes de la medianoche cuando 10 hombres con uniformes militares ingresaron a tiros en la terminal del aeropuerto, tras llegar a la parte de carga en dos camionetas.
Los militantes luego se dividieron en dos grupos: uno atacó una puerta llamada Fokker para distraer la atención y el otro asaltó la terminal de carga, dijo la policía.
"Operaron en pares. Por eso sus cuerpos fueron hallados en pares", dijo el oficial de policía Raja Umar Khattab, quien agregó que los militantes habían disparado misiles a aviones de pasajeros, pero fallaron. "Parece que hubo algunos problemas con el planeamiento de su parte", agregó.
Funcionarios dijeron que no hubo aviones dañados.
Otra fuente de seguridad dijo que los militantes estaban bien entrenados y portaban grandes mochilas repletas con frutas secas y agua, sugiriendo que planeaban una toma larga del lugar.
Enfrentamientos armados se produjeron durante la noche hasta que las fuerzas de seguridad recuperaron el control del aeropuerto al amanecer del lunes. Los pasajeros fueron evacuados y se desviaron todos los vuelos.
El Gobierno dijo que la seguridad se había incrementado en todos los aeropuertos.
Los talibanes paquistaníes, una alianza de grupos insurgentes que trata de derrocar al Gobierno y establecer un Estado islamista, se atribuyeron la responsabilidad, diciendo que era en respuesta a los ataques militares contra sus bastiones a lo largo de la frontera con Afganistán.
La fuerza paramilitar de Pakistán dijo que los atacantes eran uzbekos. Los funcionarios locales suelen culpar a militantes extranjeros refugiados en áreas anárquicas de la frontera con Afganistán de realizar ataques junto a los talibanes pakistaníes en distintas partes del país.
"Tres militantes se inmolaron y siete fueron asesinados por fuerzas de seguridad", dijo Rizwan Akhtar, el jefe regional de los paramilitares, en declaraciones en televisión. "Los militantes parecen ser uzbekos", agregó.
Entre los muertos había guardias de seguridad del aeropuerto y trabajadores de Pakistán International Airlines.