Actualizado 17/08/2009 16:44

Afganistán vive últimas horas de campaña electoral

KABUL (Reuters/EP) - Abdullah Abdullah, el principal rival del presidente afgano, Hamid Karzai, atrajo el lunes a una caótica multitud en el último día de campaña electoral para la presidencia de Afganistán, unos comicios que estarán marcados previsiblemente por la violencia en el país.

Los guardias de seguridad del antiguo ministro de Relaciones Exteriores golpearon con las culatas de sus rifles a los entusiastas partidarios de Abdullah en un mitin en el estadio nacional olímpico de Kabul, conocido por ser usado por los talibanes como campo de ejecuciones.

Varios miles de personas ondearon banderas azules y gritaron durante el apasionado discurso de Abdullah, que llevó casi a la histeria a algunos de los asistentes.

Una plataforma usada por los cámaras de televisión se hundió con la avalancha de la multitud, causando varios heridos.

Muchas personas se dirigieron en una estampida cruzando las vallas y rompieron las puertas de cristal para poder a acercarse a Abdullah, un oftalmólogo que tiene su apoyo sobre todo entre los tayikos en el norte del país, mientras que otros permanecían agarrados precariamente a una torre de la luz.

El caótico mitin se produjo al día siguiente de que un antiguo señor de la guerra, el uzbeko Abdul Rashid Dostum, volviera al país procedente de su exilio en Turquía, quizá para reunir suficiente apoyo entre sus seguidores para decidir el resultado hacia Karzai en una primera ronda.

Según los sondeos, Karzai es el favorito con un gran diferencia, pero el 45 por ciento que se le atribuye no sería suficiente para evitar una segunda vuelta, probablemente contra Abdullah.

La perspectiva de atentados podría perjudicar las posibilidades de Karzai de cerrar los comicios el jueves. Los talibanes han prometido sabotear las elecciones, especialmente en la zona sur del país, de mayoría pastún, un grupo étnico que en el pasado apoyó abrumadoramente a Karzai.

ALARMA

Mientras Karzai ha ido cerrando pactos entre bambalinas, la campaña de Abdullah ha ido sumando apoyos mediante mítines multitudinarios.

Karzai ha obtenido el apoyo de líderes tribales y antiguos dirigentes de milicias, pero esta táctica ha despertado la alarma entre los donantes occidentales, temerosos del retorno al poder de los señores de la guerra cuyos enfrentamientos destrozaron al país en los 90.

Uno de los que más temores despierta es Dostum, un antiguo general comunista aficionado al whisky cuya milicia cambió de bando en repetidas ocasiones durante la guerra civil. Dostum obtuvo el 10 por ciento de los votos en las últimas elecciones, en el 2004 -las primeras tras la caída del régimen talibán- y su apoyo podría inclinar la balanza en favor de Karzai.

"Le queremos como a nuestro padre. Es nuestro sabio y cualquier cosa que diga, la aceptaré", dijo Daud, un joven de 18 años que trabaja en una tienda de zumos en Sheberghan, en el norte del país.

Tanto la ONU como Estados Unidos han mostrado su preocupación porque pudiera volver al Gobierno.

"El representante especial ha dicho en el pasado que para que este país progrese necesita más políticos competentes y menos señores de la guerra", dijo Aleem Siddique, portavoz de la misión de la ONU en Kabul.

Un funcionario estadounidense dijo que la reputación de Dostum "despierta dudas sobre su culpabilidad en violaciones masivas de los derechos humanos".

Karzai también se garantizó la semana pasada el apoyo de Ismail Khan, un dirigente regional con fuerte apoyo en la ciudad de Herat, en el oeste del país, y de varios grupos pastunes. Además, sus dos candidatos a vicepresidente son antiguos guerrilleros de las minorías tayika y azara.