Actualizado 25/08/2009 20:46

Africa del Norte, vulnerable a deserciones deportistas

Por Tarek Amara y Mohamed Argoubi

TUNEZ (Reuters/EP) - Para el boxeador tunecino Naoufel Ben Rabah, abandonar el equipo nacional de su país en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 fue una cuestión de necesidad más que de elección.

Nacido en un barrio bajo de uno de los márgenes de la capital de Túnez, Ben Rabah quería sacar a su familia de la pobreza, pero decidió que el dinero que ganaba siendo el mejor pugilista de su nación en la categoría superligero no le iba a permitir cumplir esa meta.

Así, dejó a sus compañeros en Sidney y pidió boxear en Australia para luego convertirse en ciudadano de ese país.

"En Túnez, mi salario no era mayor a 200 dólares al mes y ahora gano 2.000 por semana en Australia. Ser pobre se convirtió en algo del pasado", dijo Ben Rabah durante una visita a su país natal.

La atracción de los ambientes extranjeros puede ser irresistible para atletas provenientes de países pobres, y los entrenadores nacionales corren el riesgo de sufrir deserciones cuando sus equipos viajan para competir en el exterior.

Una riqueza en talento combinada con una escasez de recursos ha dejado a los países del norte de Africa especialmente vulnerables a las deserciones.

Cuatro atletas tunecinos desaparecieron en los Juegos de Sidney. Tres boxeadores egipcios se escaparon al extranjero en el 2007 durante su preparación para los Juegos de Pekín 2008.

En los recientes Juegos Mediterráneos llevados a cabo en Pescara, Italia, cinco deportistas de Túnez desaparecieron junto a otros de Argelia, Marruecos y Egipto.

Rashid Ramzi, nativo de la ciudad marroquí de Safi, cambió de nacionalidad a la de Bahréin en el 2002 y se convirtió en el primer atleta de la historia en ganar medallas de oro en los 800 y 1.500 metros en un mismo campeonato mundial de atletismo en el 2005 en Helsinki.

Sin embargo, Ramzi enfrenta una suspensión de dos años tras haber dado positivo un control de dopaje realizado luego de los Juegos de Pekín, donde fue campeón en los 1.500 metros.

FUTURO AMENAZADO

"Está claro que la fuga de atletas es un fenómeno peligroso y no hay excusa para ello", señaló Hassan Maleki, entrenador principal de la Federación Tunecina de Boxeo, quien describió a las deserciones como un "virus".

El número de fugas de atletas de alto nivel amenaza el futuro de los deportes individuales en Túnez, afirmó Younus Chettali, vicepresidente del comité olímpico de esa nación.

"No es una sorpresa que haya atletas que piensen en escapar a países de Occidente. Sabemos que sus salarios son relativamente bajos", indicó el directivo.

Chettali dijo que el comité estaba intentando detener el fenómeno llevando a cabo una supervisión de atletas y brindándoles garantías especiales de entrenamiento y estudio.

"Pero no es suficiente", aclaró. "Planeamos realizar estudios más profundos sobre este fenómeno, en todos sus aspectos", agregó.

El boxeador Ben Rabah, quien ganó el título australiano y el asiático luego de dejar atrás Túnez, tiene una respuesta relativamente simple al respecto: ningún atleta contemplará abandonar su tierra natal siempre que le brinden el apoyo que necesita.

"Ese apoyo escasea en los países árabes, incluso aunque nuestros atletas son mejores que otros de Occidente, tanto física como técnicamente", destacó el púgil.

Ben Rabah también dijo que los boxeadores que se comprometen con su nación no reciben nada a cambio sino un tratamiento injusto por parte de las autoridades deportivas locales.

"El patriotismo es muy importante, pero en ausencia de una vida digna, se vuelve algo difícil para estos atletas", remarcó Mehdi Mabrouk, profesor de sociología de la Universidad de Túnez.

De todos modos, otros expertos creen que ni siquiera un apoyo más generoso podría ser suficiente para retener algunos deportistas en sus países de origen.

MEJORES OPORTUNIDADES

Los seguidores de esa postura sostienen que las deserciones para representar a naciones con menos atletas de alto nivel en sus disciplinas da a algunos mejores oportunidades de clasificar a las competiciones más lucrativas.

En el 2005, unos 40 kenianos cambiaron de nacionalidad para competir por Qatar y Bahréin, incluyendo a Saif Saaeed Shaheen, campeón y plusmarquista mundial en los 3.000 metros con obstáculos, cuyo nombre anterior era Stephen Cherono.

Algunos de ellos alegaron demasiada competencia para obtener un lugar en el equipo nacional como una de las razones para su deserción.

"Atletas con cuatro o cinco compatriotas que bloquean su camino en su país descubren que pueden tomar parte en competiciones internacionales y ganar medallas en otros lugares", explicó el periodista deportivo marroquí Mostafa Lotmani.

El reportero observó que las deserciones pueden incrementarse cuando las federaciones deportivas están mal administradas y no logran cultivar ni cuidar de manera suficiente el talento.

Marruecos está tratando de reunir su potencial deportivo luego de casi una década en la que el poder fue cedido a agentes que desviaron los esfuerzos de la búsqueda de nuevos talentos en clubes locales, señaló Lotmani.

El gobierno marroquí destinó 330 millones de dirhams (41,3 millones de dólares) a asegurar que sus atletas conozcan su verdadero potencial con vistas a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Un pequeño número de deportistas de elite recibirán becas para viajar a entrenar en las mejores academias deportivas del extranjero en su preparación para Londres.

"Uno puede entregar estas becas a cinco o seis atletas, pero no a 10", aclaró Lotmani.

"El resto tendrá que arreglárselas de alguna manera y encontrar una manera de ir al exterior o nunca podrán sobresalir", sentenció.