Actualizado 06/07/2015 05:10

Alemania, dispuesta a diluir la austeridad para una Francia en reformas

Por Michelle Martin

BERLÍN, 28 ago, 28 Ago. (Reuters/EP) -

- Tras hacer tragar la medicina de la austeridad a las economías más pequeñas de la zona euro durante los últimos cuatro años, Alemania está mostrando clemencia hacia Francia, su más estrecho aliado.

Alemania está preocupada ahora por la salud del mayor mercado para sus exportaciones, no sólo porque la crisis de Ucrania, en su flanco este, esté afectando a su economía, sino por que lo que no necesita es que se profundicen los problemas en su vecino del oeste.

La conclusión es que Berlín estaría apostando por aflojar la correa a París mediante un toma y daca: un compromiso del presidente francés, François Hollande, para implementar las reformas y que Alemania le conceda más tiempo a Francia para poner sus finanzas en orden.

Alemania se ha animado con la remodelación que ha hecho el socialista Hollande en el gobierno francés esta semana y su compromiso con las reformas y recortes presupuestarios.

El presidente francés, el menos popular en más de medio siglo, despidió al inconformista ministro de Economía Arnaud Montebourg por una diatriba contra la "obsesión" alemana por la austeridad y ha demostrado que está dispuesto para enfrentarse a los escépticos.

Carsten Schneider, un miembro senior de los socialdemócratas que comparten poder con los demócrata-cristianos de la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó la importancia de que Francia no se limite a anunciar reformas sino a ejecutarlas. Pero dio a entender que habría alguna ayuda.

"Tenemos un interés vital de que Francia vuelva a ponerse de pie, da igual si somos socialdemócratas o demócrata-cristianos", dijo.

"Sólo puedo cruzar los dedos para que (el primer ministro francés Manuel) Valls tenga ahora apoyo para sus reformas. Debemos ayudar a Francia para que siga estable", añadió.

CAMBIANDO EL TONO

Alemania ya ha mostrado ciertas señales de flexibilidad en su rígida postura sobre la disciplina fiscal que adoptó durante los primeros años de la crisis de la zona euro.

El año pasado, Berlín cambió el foco hacia una "consolidación amiga del crecimiento" que siga alentando a los países a equilibrar sus presupuestos y recortar sus déficit, pero también a tomar medidas que aborden el desempleo y fomenten el crecimiento.

También se está creando una tendencia hacia una mayor clemencia fiscal después de que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pusiese en un relevante discurso el pasado viernes más énfasis en el estímulo fiscal que en la austeridad al pedir a los gobiernos que fomentasen la demanda.

Las palabras de Draghi recogían un deseo por alejarse de la austeridad que lidera el primer ministro italiano Matteo Renzi.

Bajo la presión de Renzi, los líderes europeos acordaron en junio hacer el "mejor uso" de la flexibilidad que contienen las normas fiscales de la zona euro mientras los países lleven a cabo las reformas.

Otro factor que está cambiando las reglas del juego es el trasfondo macroeconómico.

Hasta este año, Alemania había seguido adelante a pesar de los problemas que sufrían otros países de la eurozona. Pero la contracción de la economía germana en el segundo trimestre, la desaceleración de la inflación y el enfriamiento de las empresas europeas por la crisis de Ucrania han reforzado los argumentos hacia una mayor tendencia a una mayor indulgencia fiscal.

La determinación mostrada por Hollande para implementar las reformas probablemente le dará a Berlín la tranquilidad necesaria para aflojar ligeramente las riendas fiscales. Esto podría traducirse en un nuevo desahogo para Francia.