Actualizado 13/08/2009 19:44

Alianza narcotráfico y guerrilla ensombrecería a Perú

Por Patricia Vélez

LIMA (Reuters/EP) - La creciente alianza entre el narcotráfico y los remanentes de Sendero Luminoso podría convertirse en un serio riesgo para la seguridad en Perú si el Gobierno del presidente Alan García, que ingresó a su tercer año de mandato, no toma drásticas medida para combatirla.

Según analistas, aunque por ahora está focalizada en regiones remotas, la reciente ola de violencia que ha dejado decenas de muertos entre las filas de las fuerzas de seguridad por ataques del grupo guerrillero maoísta podría extenderse a otras áreas, convirtiéndola en incontrolable.

Por ahora, las inversiones extranjeras que Perú necesita para revertir la desaceleración de su economía por la crisis global estarían inmunes a los ataques de Sendero, debido a que no están radicadas en la zona de operaciones del grupo armado.

Pero, un ataque el año pasado contra un campamento en un proyecto minero de una empresa estadounidense mostró los riesgos que un fuerte rebrote de la violencia podría implicar para el ambiente de negocios local.

Perú, el segundo productor mundial de cocaína después de Colombia, afrontó durante dos décadas una sangrienta lucha contra la guerrilla de Sendero Luminoso, en la que murieron o desaparecieron unas 69.000 personas, según cifras oficiales.

Durante su apogeo, Sendero Luminoso empuñaba una ideología maoísta y buscaba instaurar un Estado comunista en Perú. Pero, tras la captura en 1992 de su líder, Abimael Guzmán, el grupo se replegó a lugares remotos de la nación sudamericana.

En los últimos años, la guerrilla se ha concentrado en el Valle de los Ríos Apurimac y Ene (VRAE) -una zona andina y selvátiva en el centro sur del país- y convertido en guardián del narcotráfico que le provee armas, municiones y alimentos.

Los remanentes hasta cuentan ahora con sus propios laboratorios de producción y cultivos de hoja de coca.

"El avance del narcotráfico es preocupante (pues) tiene un efecto corruptor muy fuerte (...) ahora ejerce violencia en la zona del VRAE (...) pero esa violencia sí puede extenderse, de hecho, se está extendiendo hacia otras partes del país", dijo a Reuters el ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi.

Según un informe de Naciones Unidas, el cultivo de hoja de coca creció en Perú un 4,5 por ciento el año pasado, mientras que el potencial de producción de cocaína aumentó un 4,1 por ciento, a 302 toneladas métricas.

"Si el Gobierno no encara esa amenaza que ha reconvertido a los remanentes de Sendero Luminoso en estructuras de protección al negocio, el narcotráfico continuaría convirtiéndose en una estructura poderosa militarmente", dijo por su parte el investigador en temas de seguridad Jaime Antezana.

PROMETE ENDURECER LUCHA

En el último ataque hace casi dos semanas, más de 50 guerrilleros embistieron contra un puesto policial antisubversivo en una zona del VRAE y mataron a tres policías y dos civiles, en la primera incursión de Sendero Luminoso en muchos años dentro de un centro poblado, evidenciando su capacidad de combate.

El Gobierno inició en agosto del 2008 una ofensiva en el VRAE, que dejó más de 30 militares y 20 policías muertos, según cifras oficiales.

"Hemos dispuesto la entrega de equipo satelital a más de 20 bases de la Policía Nacional en el VRAE para mejorar la comunicación", prometió esta semana el primer ministro peruano, Javier Velásquez, en su primera presentación en el Congreso.

Sin embargo, crecen las críticas al Gobierno por la forma de encarar el problema en la zona, donde los campesinos son muy pobres y dependen del cultivo de hoja de coca para vivir.

"El Gobierno está demostrando una incapacidad para controlar lo que está ocurriendo en el VRAE (...) Cometen muchos errores y creo que puede haber más atentados, más emboscadas de parte del grupo terrorista y, en lo que respecta al narcotráfico, va a seguir creciendo", afirmó Rospigliosi.

INVERSIONES ILESAS

Perú luchó por años para dejar atrás la imagen de país golpeado por la violencia, logrando atraer en la última década a los inversores extranjeros. Ahora es un importante productor mundial de metales gracias a que grandes firmas desarrollaron las vastas reservas de minerales de la nación.

Su economía creció en el 2008 un 9,8 por ciento, una de las más altas del mundo, pero este este año se desaceleraría a un 3 por ciento a causa de la crisis mundial.

Por tanto, los capitales foráneos son clave, por lo que un fuerte rebrote de violencia podría afectarlos.

Un grupo de guerrilleros asaltó el año pasado el campamento de un proyecto minero de la estadounidense Doe Run ubicado en Ayacucho y robó dinamita. En la zona del VRAE hay otros proyectos de firmas como Xstrata Copper y Southern Copper, pero aún están en fase de estudio.

"La presencia (de Sendero y el narcotráfico) es en zonas marginales del país, no son zonas en que haya planes ni proyectos de inversión de envergadura, entonces no veo que afecte la inversión o esté afectándola", dijo Guillermo Arbe, gerente de estudios económicos del banco Scotiabank.