MADRID, 21 (Notimérica)
América Latina y el Caribe se enfrentan a varios años de crecimiento relativamente lento y a algún riesgo macroeconómico potencialmente graves. Una realidad que queda reflejada en el último informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y cuyo coordinador Andrew Powell ha bautizado como 'El Laberinto' debido "al conjunto de obstáculos económicos globales que la región debe superar con éxito para encontrar una salida apropiada y concretar perspectivas económicas más sólidas".
Así, Powell enumera los principales retos que debe de afrontar América Latina y el Caribe en los próximos años. El primero de ellos es la previsible subida de las tasas de interés en Estados Unidos que se verá acompañada por una política monetaria expansionista convencional y no convencional en Europa. "Es muy probable, que al haber diferencias monetarias entre unos países y otros, el resultado neto sea un aumento del costo de financiamiento", señala.
Otro de los retos de la región es la debilidad de los balances, el aumento de la emisión de bonos y las amortizaciones de dólares de Estados Unidos, justo cuando se espera una apreciación del dólar. "Podrían suponer a mayores riesgos y deberían vigilarse atentamente", señala el estudio. Y Powell recalca que "por el momento los coeficientes de solvencia de los bancos son sólidos y se han mostrado notablemente estables, pero a medida que los bancos se ajusten para asegurar que se mantengan los amortiguadores de capital, es probable que se produzca un efecto de realimentación en la economía real".
Estos riesgos pueden afectar a la política monetaria. En algunos países la inflación ha superado las metas por lo que los riesgos mencionados anteriormente podrían limitar las reacciones de los gobiernos en un futuro. "Los bancos centrales desearán mantener una credibilidad valiosa y ganada a costa de mucho esfuerzo ante el aumento de los precios, con el fin de ser capaz de desplegar una política monetaria creíble en el futuro".
AJUSTES FISCALES
La región ha sido testigo de un periodo prolongado de expansión fiscal debida a la respuesta a la crisis financiera global y, en menor medida, por costos financieros más bajos e ingresos más altos por materias primas. Por ello, Powell avisa de que en la mayoría de los países de la zona se necesita un ajuste fiscal, aunque aclara que cada país tendrá que hacerlo basándose en sus propias circunstancias y, sobre todo, reforzando la productividad para conseguir resultados de crecimiento a largo plazo.
Por ejemplo, en los países donde los subsidios por combustibles son altos, la caída de los precios del petróleo es una oportunidad para recortar esos gastos y evitar la regresividad. Sin embargo, "en aquellos países que dependen de las materias primas para los ingresos fiscales, el efecto neto de la reciente caída de los precios probablemente pondrá de relieve la necesidad de ajustes".
Por último, el informe señala que, a pesar de que la región debe de enfrentar varios obstáculos económicos, esto no significa que las políticas sociales que han ido mejorando en los últimos años deban de salir perjudicadas. "Hay un espacio considerable para mejorar la eficiencia del gasto social en numerosos sectores, entre ellos al salud, la educación, la capacitación y los programas de lucha contra la pobreza", señala el BID. Por ejemplo, proporcionar una mayor estabilidad del ingreso a los trabajadores, mejorar la eficiencia, o reducir las medidas que desincentivan la participación en el mercado laboral formal. Soluciones que pasan por mejorar la definición de metas, aumentar el control y la evaluación de estas inversiones.