Actualizado 07/07/2015 20:06

ANÁLISIS-Desafío de Argentina por deuda podría fortalecer posición legal de "holdouts"

Por Daniel Bases

NUEVA YORK, 29 jul, 29 Jul. (Reuters/EP) -

- Argentina ha enfrentado en los tribunales por algo más de una década los reclamos de los inversores "holdouts" por su deuda incumplida, y el país sudamericano ha perdido.

Los holdouts, liderados por los fondos Elliott Capital Management de Paul Singer y Aurelius Capital Management de Mark Brodsky, siguen esperando para cobrar el dinero.

Argentina desafió las disposiciones de un tribunal para que pagara a todos sus tenedores de deuda antes de un plazo del 30 de junio, y un período de gracia de 30 días para cumplir la orden vence esta semana.

Argentina dice que un depósito que hizo en su banco de pagos la blinda contra cualquier cargo de que no honra su deuda a tiempo.

El país describe a los holdouts como "buitres" y al magistrado que dispuso los pagos como injusto.

Argentina tiene suficientes divisas como para cubrir alrededor de cinco meses de importaciones y enfrenta pagos de miles de millones de dólares en deudas que vencen el próximo año.

Pero hasta que pague a los holdouts, seguirá excluida de los mercados de capitales globales tradicionales.

Ahora Argentina tiene que dejar a un lado el orgullo y pagar a los holdouts, según algunos analistas financieros, o mantenerlo pero aceptando otro default de cara a un aumento de los problemas económicos.

Algo que empeora las cosas para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía Axel Kicillof es que el continuo rechazo a pagar probablemente terminará fortaleciendo a Elliott y Aurelius, dos especialistas en deuda en problemas que amasaron fortunas manteniendo su posición firme en los casos en los que actuaron.

"Tengo la sensación de que los holdouts saldrían fortalecidos en una situación que empeore mucho porque el default es una Caja de Pandora", dijo Hans Humes, presidente ejecutivo de Greylock Capital Management en Nueva York, quien se desempeñó como copresidente del Comité Global de Tenedores de Bonos de Argentina (GCAB, por sus siglas en inglés) y en el comité de acreedores-inversores privados para la reestructuración de Grecia en 2011.

"En este momento ellos están 'pari passu' con los otros pagos. Si hay un default, probablemente se conviertan en acreedores senior (con prioridad de pago) con respecto a esos bonos ya que la documentación de los bonos canjeados de 2005 y 2010 es más débil que aquella sobre la que los holdouts litigaron", dijo Humes, refiriéndose a la doctrina legal del tratamiento igualitario a todos los acreedores.

Los bonos reestructurados tienen cláusulas que podrían hacer que reciban un arreglo diferente en cualquier potencial reestructuración.

En el reino de las inversiones en deuda incumplida, Elliott y Aurelius son fuertes, dedicándose a comprar los bonos de los deudores en problemas por sumas muy bajas y luego presionando para negociar arreglos muy beneficiosos, a veces en los tribunales.

Elliott maneja activos por unos 24.800 millones de dólares y Aurelius tiene unos 4.500 millones de dólares en cartera. Argentina tiene reservas internacionales por casi 30.000 millones de dólares. Singer y Brodsky son ambos abogados.

BATALLA CON PERÚ

Elliott está usando con Argentina una táctica similar a la que empleó en un reclamo sobre la deuda soberana peruana que resultó exitoso.

El fondo compró préstamos bancarios comerciales peruanos incumplidos a partir de mediados de la década de 1990 y usó el argumento pari passu para recuperar esa deuda.

En la batalla con Perú, Elliott primero fue rechazado tanto por una corte federal del distrito de Nueva York como en un tribunal belga, pero luego ganó una apelación.

En Bélgica, tuvo éxito para conseguir un fallo que bloqueaba un pago, algo parecido a lo que ocurrió cuando el juez estadounidense Thomas Griesa impidió que Bank of New York Mellon distribuyera pagos a tenedores de deuda argentina canjeada.

Esas victorias sobre Perú forzaron un enfrentamiento con el entonces presidente Alberto Fujimori, que estaba acusado de cargos de corrupción y violaciones de derechos humanos.

Bloqueado por los tribunales y cuando sólo faltaban pocos días antes de que se declarara un default, Perú cedió y dejó de luchar contra Elliott.

"Al mismo tiempo, Elliott estaba tratando de negociar. Pero también hay que recordar que Fujimori estaba atrapado en una investigación por un escándalo de corrupción. Creo que simplemente le faltaba concentración y arregló" con los litigantes, dijo Humes.

Elliott invirtió algo más de 11 millones de dólares en los créditos y se alzó con unos 60 millones de dólares semanas antes de que Fujimori huyera del país, según dijo el gobierno peruano en un reporte oficial.

Elliott ha usado su poder financiero también en el mundo corporativo. En el caso del grupo energético Hess Corp., la firma impulsó una reestructuración corporativa que resultó en la incorporación de ejecutivos que nominó en la junta de la empresa.

También presionó para que BMC Software se vendiera a firmas de capital cerrado tras una lucha corporativa en 2012 para colocar dos directores en su junta.

Argentina ha estado en una situación más difícil para el fondo, ahora que la disputa se extiende a su segunda década sin una resolución.

Moody's Investors Service dice que Argentina es el único default soberano de 34 estudiados en la era moderna en haber derivado en un litigio persistente.

POSICIÓN DESCONOCIDA

Ni Elliott ni Aurelius han revelado sus posiciones financieras, lo que hace imposible saber cuánto ganarían después de gastar millones en honorarios legales y oportunidades perdidas por los fondos al rechazar los canjes.

Pero hay fuentes que dicen que ya tenían deuda argentina desde antes del default de enero del 2002.

Todos los pedidos para que Elliott y Aurelius comentaran sobre el tema para esta nota fueron infructuosos.

El gobierno de Argentina dice que Elliott obtendría una rentabilidad de 1.680 por ciento en solo seis años si consigue el pago completo de su parte de un desembolso de 1.330 millones de dólares más intereses que ordenó Griesa en Nueva York.

El juez se basó en la cláusula de trato igualitario.

El juez ordenó a Argentina que pagara a Elliott de acuerdo con los desembolsos a los acreedores reestructurados.

Buenos Aires depositó en junio 539 millones de dólares en una cuenta de BNY Mellon en el Banco Central argentino, antes de un pago de intereses programado.

BNY Mellon, el agente de pagos de los tenedores de bonos, no movió el dinero debido a la orden de Griesa.

Eso colocó a la tercera economía latinoamericana más cerca de un nuevo default el 30 de julio.

Los holdouts, que cuentan con una victoria legal como respaldo, han dicho por años que están listos para negociar, mientras que el gobierno se rehusó a verlos cara a cara.

Los holdouts han dicho que aceptarían bonos como parte de cualquier arreglo, en lugar de efectivo.

El mediador designado por la corte no logró que las dos partes se sentaran en la misma habitación.

Argentina está enviando una delegación a Nueva York el martes, según dijo el lunes el mediador judicial Daniel Pollack en un comunicado.

Argentina y sus abogados del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton han argumentado que si paga a los holdouts, eso abriría las puertas a potenciales desembolsos mayores adicionales, por decenas de miles de millones de dólares.

El riesgo no procede sólo de otros holdouts que no participaron en los arreglos del 2005 y el 2010, sino también de aquellos que canjearon sus bonos y pensaban que estaban protegidos por la llamada cláusula RUFO, que impide que Argentina voluntariamente ofrezca mejores términos a los acreedores holdouts.

Incluso si el país entra en default, la orden de Griesa quedaría en vigor y observadores legales creen que los bancos serán reticentes a hacer negocios con Argentina por temor a violar el fallo del juez.