Actualizado 15/09/2009 01:01

A un año de caída Lehman,una China fuerte busca influir

Por Alan Wheatley, Editor de Economía de China

PEKIN (Reuters/EP) - Si se puede decir de algún país que tuvo una buena crisis, éste es China.

Mientras los líderes mundiales se preparan para su tercera cumbre de emergencia en 10 meses, China destaca por estar en una posición más fuerte hoy de la que estaba antes de las convulsiones que provocó el colapso del banco de inversión Lehman Brothers, de la cual hace un año esta semana.

China es demasiado pequeña para "salvar al mundo", pese a que es la primera gran economía en salir definitivamente del derrumbe. No obstante, Pekín se ha ganado el respeto por su rápida y aplastante respuesta de política monetaria y fiscal a la crisis, y porque sus bancos hasta ahora han navegado serenamente a través de la tormenta.

Incluso los inversionistas mundiales están tomando cada vez más como ejemplo el notablemente volátil mercado de acciones de Shanghai.

"China está un escalón más arriba de lo que estaba hace un año", dijo Mark Williams de Capital Economics en Londres.

"Hay un grado de confianza en su opinión y en su adopción de políticas que tal vez no había hace 12 a 18 meses", añadió.

Hasta entonces, Washington había estado hostilizando constantemente a Pekín para que permitiera que el valor del yuan aumentara y para que desregulara sus mercados.

Ahora, antes de la próxima reunión del grupo de las 20 naciones más ricas y las economías emergentes, se reúnen la semana próxima en Pittsburgh, el problema está en otro lado.

Un escarmentado Estados Unidos no solo acalló sus pedidos de una reforma rápida del sector financiero de China, sino que fue forzado a defenderse contra las repetidas acusaciones de China de negligencia respecto del dólar.

Andy Rothman, estratega en macroeconomía de la correduría CLSA en Shanghai, dijo que era incorrecto pensar que los eventos del año pasado marcaron un cambio en el balance de poder financiero a nivel mundial, debido a que la economía de Estados Unidos era aún mucho más grande que la de China.

Pero dijo que bien podría marca un punto de inflexión en las actitudes y en cómo los dos países lidian entre ellos.

Además, China es ahora parte integral de un debate de política a nivel mundial, pese a que no es formalmente un miembro del Grupo de las Ocho naciones más industrializadas.

"En el pasado los chinos probablemente sintieron que eran tratados como el primo más joven e inexperimentado en relación al G8. Pero ahora sienten que sus respuestas a la crisis mundial y a la situación han demostrado que deberían ser tratados como iguales", dijo Rothman.

Michael Kurtz, economista de Macquarie en Shanghai, coincidió.

Los intereses legítimos de China, como un gran tenedor de dólares y de otras monedas en las que ha invertido sus 2,13 billones de dólares de reservas oficiales, están siendo repentinamente atendidos más activamente que en el pasado como resultado de la crisis.

"No es que China haya amasado más poder sino que China se está mostrando más deseosa de blandir ese poder financiero de más maneras que en el pasado. Lo que esto está provocando que la comunidad mundial despierte y se dé por enterada", dijo.

Los mercados están particularmente nerviosos por la meta de Pekín de reducir gradualmente la primacía del dólar en el comercio y las finanzas mundiales.

El gobernador del banco central Zhou Xiaochuan propuso en su lugar un rol más prominente de los Derechos Especiales de Giro, la unidad de contabilidad interna del Fondo Monetario Internacional.

Rothman de CLSA desestimó la importancia de la propuesta de Zhou, y los funcionarios chinos reconocen que no hay una alternativa práctica al dólar como principal moneda de reserva a nivel mundial.

Pero existen profundas preocupaciones de que Washington no sea políticamente capaz de eliminar los estímulos económicos y fiscales inyectados en la economía a tiempo, para evitar un salto de la inflación y una degradación del dólar.

En ese sentido, los investigadores dicen que China posiblemente siga usando su nueva influencia para promover al yuan como moneda de comercio, pese a la tibia respuesta de un programa piloto inicial.

"La meta es mitigar los riesgos", dijo Kurtz. "China sabe que ahora está desproporcionadamente expuesta a los riesgos del dólar en el mediano y largo plazo", añadió.