Actualizado 23/08/2009 18:32

Antiguo paraíso San Marino lucha por la vida de su banca

Por Deepa Babington

SAN MARINO (Reuters/EP) - San Marino ha soportado intrigas medievales e invasiones del ejército papal en sus 1.708 años de historia, pero un escándalo financiero y un ataque global contra los paraísos fiscales amenaza por estos días con poner de rodillas a la república más antigua del mundo.

Desde la cima donde reposa cerca de la costa adriática de Italia, este polo financiero de sólo un tercio del tamaño de Washington D.C. ha debido luchar contra una serie de crisis, que llegó al colmo con un escándalo de lavado de dinero en su mayor banco, obligándolo a replantear su modelo financiero.

"No vamos a esconder que este es un momento difícil para San Marino", admitió Antonella Mularoni, secretaria de Asuntos Exteriores en su oficina adornada con frescos del siglo XIX.

"Han sido unos meses de enormes dificultades y claramente necesitamos que la crisis pase rápidamente", agregó.

En cuestión de meses, la Serenísima República de San Marino ha recibido un impacto tras otro, que han dejado a esta ciudad-estado de 31.000 habitantes más golpeada que su mayor rival europeo Luxemburgo, según la agencia de calificación crediticia Fitch que le rebajó sus notas soberanas.

Primero vino la crisis del crédito y la consecuente recesión. Luego, una campaña internacional contra los paraísos fiscales con el fin de combatir la evasión de impuestos.

Los arrestos de prominentes ejecutivos en su banco más importante, Cassa di Risparmio della Repubblica di San Marino (CRSM), y una amnistía tributaria aprobada por Italia este mes completaron su miseria.

"Se ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza -por razones más amplias y por razones específicamente relacionadas con San Marino- que sin duda está debilitando al sistema", dijo Biagio Bossone, presidente del Banco Central de San Marino de sólo cuatro años de antigüedad.

"Ahora, cuando se habla de San Marino, se habla mal. Parece como si el mundo estuviera en contra nuestra", agregó Bossone.

La riqueza administrada en San Marino bajó a unos 13.600 millones de euros (19.410 millones de dólares) en abril, desde los más de 14.000 millones de euros de agosto pasado, mientras que el desempleo ha aumentado dada la menor afluencia de turistas que llegan al microestado a comprar sellos y recuerdos.

Los fondos pagados para financiar despidos temporales aumentaron en más de seis veces en el período enero-abril respecto del mismo período del año anterior.

Después de un crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) del 3 por ciento anual desde el 2000 al 2008, que fácilmente superó el flojo 1,2 por ciento del vecino Italia en ese mismo período, el gobierno de San Marino ahora espera que su economía este año se contraiga entre un 10 y un 12 por ciento.

REFUGIO CRISTIANO

Cuenta la leyenda que San Marino fue fundado sobre el Monte Titano en el siglo IV por un picapedrero que buscaba un refugio para los cristianos, si bien últimamente goza de una imagen menos altruista como refugio para los italianos que se esconden del fisco.

La reciente controversia mundial sobre los paraísos fiscales y la amenaza de sanciones por parte de las naciones del G20 han dejado en claro que ya no puede apoyarse en la promesa del anonimato para atraer capitales.

"Era fácil para los países grandes; estos no contaban con suficiente dinero en tiempos de crisis, de modo que se han puesto a buscar dónde ellos creen que podría estar el dinero", dijo Mularoni.

Para peor, en mayo, fiscales italianos que estaban investigando un caso de lavado de dinero arrestaron a los cinco más altos ejecutivos de CRSM, a la que la gente del lugar a menudo se refiere simplemente como Cassa.

El Banco Central de Italia pidió entonces la quiebra de Delta, el grupo de finanzas de consumo de CRSM, elevando aún más las tensiones sobre el sistema que conforman 12 bancos y 55 grupos financieros.

Fitch rebajó rápidamente la calificación de la deuda de la pequeña nación a "AA-", debido al impacto sistémico de la Cassa en la economía, la creciente incertidumbre sobre el banco y un nuevo golpe para la reputación de San Marino.

Todo esto después de que el enclave intentara reforzar sus controles y que en noviembre creara una nueva agencia para combatir el lavado de dinero.

"Es una paradoja, toda esta atención ha llegado justo cuando nuestros controles están en su mayor nivel", dijo Nicola Veronesi, director de la nueva Agencia de Inteligencia Financiera estatal.

Para empeorar las cosas, Italia -que representa la mayor parte del flujo que ingresa a su sistema bancario- declaró su propia guerra a los paraísos fiscales, al dictar una amnistía para los que traigan el dinero almacenado en cuentas extranjeras y dictaminar que los fondos en polos financieros internacionales constituyen una evasión, a menos que se demuestre lo contrario.

Los funcionarios de San Marino dicen que no está claro cuánta riqueza podría llevarse esta nueva amnistía italiana. En todo caso, el analista de Fitch Andres Klaar resaltó que el pequeño estado ha sobrellevado con éxito amnistías anteriores.

Pero como el Gobierno depende del sector bancario, que aporta cerca del 20 por ciento de su recaudación tributaria, la mitad de la cual proviene sólo de la Cassa, San Marino se está preparando este año para un déficit presupuestario y para un 2010 aún más duro, dijo Mularoni.

Las aprensiones se sienten en el ambiente sanmarinense, tanto en los conocidos restaurantes con manteles cuadriculados como en los polvorientos viñedos sobre las colinas. Algunos habitantes se preguntan si San Marino corre el riesgo de colapsar por completo.

"No hay duda de que este es el momento más difícil que hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial", afirmó Renzino Gobbi, quien dirige el consorcio de viñateros de San Marino desde la única bodega del estado, repleta de grandes tanques de acero y pequeñas barricas de roble.

"Hay una verdadera preocupación aquí. Ya estábamos atravesando momentos difíciles con la crisis y ahora, con los problemas de la Cassa, hay una verdadera interrogante sobre el futuro del Estado", advirtió Gobbi.

(1 dlr=0,7008 euros)