Actualizado 17/06/2009 19:54

Argentina, en las puertas de crecientes conflictos

Por Lucas Bergman

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Un delicado ambiente de tensión simultánea entre el Gobierno de Argentina y poderosos sectores del agronegocio y la industria elevó la incertidumbre sobre cómo la presidenta Cristina Fernández conducirá la economía del país tras las elecciones parlamentarias del 28 de junio.

A un año de iniciada una dura puja con agricultores por un aumento de tributos que derrumbó la imagen de la mandataria, el Gobierno chocó ahora con líderes industriales, que reaccionaron airadamente luego de que Venezuela estatizara empresas controladas por una de las principales compañías argentinas.

El enfrentamiento simultáneo con dos pilares de la economía creó una situación inédita en décadas, en medio de un derrumbe de la actividad económica por la crisis internacional y factores locales, y en momentos en que el Gobierno ve sus finanzas afectadas y no cuenta con acceso al mercado internacional de deuda.

Las principales cámaras empresarias rechazaron la decisión venezolana de afectar intereses del grupo Techint y defendieron la iniciativa privada, en una declaración vista por analistas como una advertencia contra eventuales intervenciones domésticas del Gobierno argentino, de cercana relación con Venezuela.

El conflicto se produce a días de las elecciones de medio término, que según analistas provocarían una caída en la representación parlamentaria oficial, debido a la crisis económica y el desgaste de seis años de Gobierno, contando el mandato de Néstor Kirchner, esposo y antecesor de Fernández.

Tras los comicios, analistas creen que un Gobierno debilitado profundizaría su estrategia confrontativa y no la búsqueda de consensos, con un esquema que apuntaría a consolidar el poder económico en manos de empresarios afines a las políticas oficiales.

Los analistas ven poco probable que el Gobierno convoque a un diálogo con diferentes sectores, normalice el cuestionado sistema de estadísticas, o apueste a recetas de mercado para atacar una elevada inflación no reconocida oficialmente y una disminución en los niveles de producción y empleo.

"La visión que se tiene en la gente que hoy está en el poder es que el poder político tiene que estar consolidado con un grupo favorable que tenga los resortes más fuertes del poder económico", dijo a Reuters Roberto Cortés Conde, profesor de Historia Económica en la privada Universidad de San Andrés.

La principal cámara empresaria del país, que agrupa a compañías como el gigante siderúrgico Techint y Clarín, el mayor grupo de medios de comunicación de Argentina y con el que el Gobierno mantiene un duro enfrentamiento, lanzó su advertencia en un comunicado.

"La Asociación Empresaria Argentina (AEA) considera oportuno recalcar el principio de que el ámbito propio de las empresas privadas debe ser respetado. La injerencia estatal en dicho ámbito lesiona el dinamismo de la economía, y atenta contra el desarrollo económico y social", dijo.

Kirchner, ahora primer candidato a diputado por la central provincia de Buenos Aires y considerado como el que toma las principales decisiones del Gobierno, buscó recientemente aliviar conflictos al convocar a un diálogo para después de las elecciones, tal como reclaman el campo y la industria.

Pero los analistas ven un escenario de tensión y destacan que los empresarios, que se mantuvieron mayormente en silencio en los últimos años mientras una economía en expansión los beneficiaba, elevarán su voz en un contexto recesivo y con un Gobierno al que consideran hostil.

"La caída de la rentabilidad y la caída de las ventas (...) hace que ya todo lo demás, que antes te lo bancabas (soportabas), no te lo bancás más", dijo a Reuters el economista independiente Juan Carlos de Pablo.

"Los conflictos se le van a exacerbar. Es la contrapartida de la debilidad política", agregó De Pablo, ante expectativas de que el Gobierno pierda el control de la Cámara de Diputados y tal vez del Senado tras los comicios, según sondeos.

COMO MEDIO SIGLO ATRAS

Para encontrar un Gobierno con conflictos simultáneos con el campo e industria, los historiadores se remotan a 1954/55, cuando Argentina era comandada por Juan Perón, fundador del movimiento político al que pertenece el matrimonio Kirchner.

Desde el 2003, cuando Kirchner inició su mandato, se estatizaron algunas empresas en problemas mientras que el Gobierno realizó intervenciones sectoriales, mediante acuerdos y presiones, para controlar la inflación y asegurar el abastecimiento, afectando la rentabilidad empresaria.

Pero Fernández, quien asumió en el 2007, estatizó a fines del 2008 el sistema privado de pensiones, lo que colocó al Estado como accionista en numerosas empresas, y recientemente el Gobierno prohibió el pago de dividendos a una distribuidora de energía aduciendo que debía destinarlos a la inversión.

El conflicto con el sector empresario lleva a los analistas a esperar mayor intervención y una caída de las inversiones, necesarias para recuperar el crecimiento.

"Frente a la elección más difícil que enfrenta en 16 años, (Kirchner) opta por redoblar el conflicto con el campo, el empresariado y los medios de comunicación", dijo a Reuters el analista político Rosendo Fraga.

"El giro que está tomando la política económica argentina, más que al 'socialismo del siglo XXI' de Venezuela, se está pareciendo al capitalismo autoritario de Rusia", agregó.