BUENOS AIRES, 8 Jun. (Del corresponsal de EUROPA PRESS Rafael Saralegui) -
El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, dijo que para que la economía argentina siga creciendo a tasas del ocho por ciento anual, debería enfocarse en aumentar la oferta en los sectores en los que hay "cuellos de botella", como la producción de energía.
"No existe un país con ingresos medios que haya experimentado esta clase de crecimiento durante un período sostenido. Este dato ayuda para predecir que será muy difícil sostener una expansión del ocho por ciento, con o sin inflación", dijo el economista al diario argentino 'La Nación'.
Stiglitz diferenció la situación de Argentina, respecto de otros países de alto crecimiento como China y la India, debido a que ambos son de bajos ingresos. De todo modos, aseguró que se puede seguir creciendo con la "nueva economía del conocimiento".
Sostuvo que se puede seguir creciendo con tasas de inflación baja, siempre y cuando "si se incrementa la oferta. Si podemos incrementar la productividad, incrementar nuestra habilidad de absorber conocimiento y aplicarlo, uno puede crecer a mayor velocidad sin inflación", explicó.
Stiglitz consideró que la inflación en la Argentina "surge por una combinación de factores y es un tanto más complicada de analizar que la inflación tradicional, aunque en muchos casos la inflación surge por un mix de causas. Una parte del proceso está explicado por la devaluación y no necesariamente indica que haya un exceso de demanda en el mercado".
"La pregunta es cómo eliminar ese desequilibrio: se puede trabajar en incrementar la oferta o reducir la demanda. Frecuentemente, cuando existe un desequilibrio puede también deberse no a un desequilibrio generalizado, sino a cuellos de botella particulares, a algunas limitaciones", consideró.
Al referirse a la crisis en la producción energética recomendó enfocarse en "resolver ese problema en la oferta. No se trata de un problema global de desequilibrio entre la demanda y la oferta, sino de uno particular. Ese es el caso en el que se puede arreglar la oferta más fácilmente".
"Es cierto que uno puede con frecuencia detener la inflación apagando la economía. Eso incrementaría la tasa de desempleo y lograría cierta capacidad ociosa. Se detendría la inflación, pero también se mataría la economía", reconoció.