Actualizado 17/09/2009 01:59

Armas ponen otra vez a provocador Chávez a la mira EEUU

Por Frank Jack Daniel

CARACAS (Reuters/EP) - Fresco tras una visita a Moscú, el alegre presidente venezolano, Hugo Chávez, repasó diagramas y gráficos que mostraban su más reciente compra de armamento.

El creciente arsenal de Venezuela, que incluirá el avanzado sistema de defensa misilístico S-300 y 92 tanques que está comprando a Rusia, lo regresó a su lugar feliz: donde desafía el poder de Estados Unidos y distrae a sus seguidores.

"¡Ve a ver cómo entras!", advirtió en televisión a los que considera sus posibles atacantes: Estados Unidos y Colombia.

Este mes, el propio Chávez anunció que Rusia prestará 2.200 millones de dólares para compra de equipo militar a Venezuela, donde tiene crecientes intereses petroleros. Pero, no quedó claro el monto de la más reciente adquisición de los tanques y el S-300.

La secretaria de Estado de la Casa Blanca, Hillary Clinton, acusó el martes a Chávez de atizar una carrera armamentista en América Latina.

Mientras que en casa, el militar retirado se pinta como defensor de las reservas petroleras de su país, amenazadas según él por la posibilidad de un ataque del "imperio yanqui", y asegura que Washington quiere debilitar a Venezuela.

"Ellos saben que para tener acceso al petróleo del Orinoco tienen que hacer muchas cosas porque mientras esté el Gobierno bolivariano más nunca van a a acceder a esas reservas", dijo Chávez, que suele validar su reclamo recordando que Estados Unidos respaldó su breve derrocamiento en el 2002.

Venezuela tiene una de las mayores reservas petroleras del mundo, principalmente en la Faja Petrolífera del Orinoco. Y pese a su mutua hostilidad, Estados Unidos es el principal comprador del país socio de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Chávez avanza en la compra de armas pese a la pronunciada caída de los precios del petróleo, que afectó a sus ingresos fiscales y forzó a un recorte de gastos en el presupuesto de Venezuela para el 2009.

Estaciones de televisión, diarios y páginas en internet del Gobierno advierten sobre la posibilidad del ataque -aunque la mayoría de analistas no lo cree- alimentada por un nuevo acuerdo que amplía el acceso de militares estadounidenses a bases colombianas.

"Es una fanfarronería de Chávez, pero está aumentado la apuesta", dijo el analista de riesgo político de América Latina para Stratfor, Matt Gertken. "Nuevamente está subiendo el tono de su retórica y cosechando un poco más de atención", agregó.

Chávez busca contener la política exterior de Estados Unidos mientras su cercanía con Rusia e Irán captura la atención de Washington.

Moscú y Caracas hicieron evidente la semana pasada que desacatarían las nuevas sanciones petroleras que Estados Unidos busca imponer a Irán por su programa nuclear.

Washington tampoco está complacido por el plan de Chávez de desarrollar energía nuclear con Rusia, pese a que el presidente venezolano afirma que no buscaría fabricar una bomba atómica.

BAJO RIESGO DE GUERRA

El riesgo de guerra en la región es bajo, según analistas, pero la reciente compra de armas introduce recelo en los Andes, donde las relaciones entre Ecuador y Colombia son tirantes, al tiempo que Chávez busca reducir su fluido comercio con Bogotá.

En parte, las tensiones regionales están vinculadas a la guerra antidrogas de Washington, que ha dado ayuda financiera por 6.000 millones de dólares a Colombia para combatir a grupos armados y narcotraficantes. El año pasado, esa guerra traspasó brevemente hacia Ecuador, desatando una crisis.

Venezuela objeta el acuerdo militar entre Bogotá y Washington, justificado como una ayuda al combate a la guerrilla y el narcotráfico.

Colombia y Estados Unidos temen que las armas que adquiera Venezuela terminen en manos de rebeldes, pese a que Chávez niega que alguna vez haya respaldado alguna desviación de armamento.

En América Latina, muchos países pudieron actualizar sus abandonados arsenales en años recientes, cuando sus economías se vieron fortalecidas por el "boom" de las materias primas.

Analistas dicen que la amenaza externa real es mínima, pero que hay gastos justificados por la necesidad de contener el narcotráfico y la guerrilla.

Venezuela tiene una necesidad adicional para reemplazar su arsenal porque su antiguo proveedor, Estados Unidos, rechaza suministrarle repuestos a equipos que vendió a gobiernos previos.

"Desde 1998, cuando comenzaron a agriarse las cosas entre Estados Unidos y Venezuela, Caracas había requerido la modernización de su flota", dijo Eduardo Gamarra de la Florida International University.

La participación del gasto en armas de Venezuela en el Producto Interno Bruto (PIB) está al mismo nivel del de Brasil y muy por debajo del de Chile y Colombia.