Actualizado 23/09/2009 20:51

Arrestan a argentino-holandés por "vuelos de muerte"

AMSTERDAM/MADRID (Reuters/EP) - España detuvo a un piloto de la aerolínea holandesa Transavia acusado de conducir aviones desde los que se arrojaba al mar a opositores durante la última dictadura argentina, dijeron el miércoles autoridades españolas.

Julio Alberto Poch, teniente retirado de la Marina argentina, que también tiene ciudadanía holandesa, fue arrestado el martes por la noche en el aeropuerto Manises de Valencia a pedido del Gobierno del país latinoamericano durante una escala rumbo a Amsterdam.

Poch estaba trabajando para la aerolínea holandesa Transavia, perteneciente a Air France-KLM, informó la compañía.

La secretaría de Derechos Humanos de Argentina dijo en una nota que en el 2007 tuvo información proveniente de Holanda de que un aviador civil de origen argentino y con nacionalidad holandesa "se jactaba de haber sido piloto de los aviones que tras el golpe militar de 1976 arrojaban al mar prisioneros con vida".

De acuerdo con las autoridades argentinas, la justicia pidió entonces la extradición de Poch, pero no se concretó debido a que el piloto contaba con nacionalidad holandesa.

Al menos 11.000 personas fueron asesinadas durante la represión ilegal librada contra izquierdistas y otros opositores que enfrentaron a la dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Diversos grupos de derechos humanos llevan el número de muertos a 30.000.

Algunas víctimas, que en muchos casos sufrían salvajes torturas, eran drogados mientras estaban con vida y luego lanzadas desde aviones y helicópteros en los llamados "vuelos de la muerte" sobre el océano Atlántico o el Río de la Plata.

Poch está vinculado con cuatro casos que involucran a más de 1.000 víctimas, informó el Gobierno español.

No había nadie disponible en el juzgado argentino que pidió la captura de Poch para responder a las consultas de Reuters.

En el 2005, la Corte Suprema argentina, respondiendo al impulso del entonces presidente Néstor Kirchner, derogó dos leyes de amnistía que protegían a cientos de ex oficiales de ser llevados ante la justicia por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.

Los tribunales argentinos han emitido un puñado de duras sentencias en los últimos años contra miembros de las fuerzas militares -muchos de ellos ancianos hoy en día-, condenados por secuestros, torturas y asesinatos.