Actualizado 12/09/2009 04:58

Ataque con burros bomba deja dos muertos en Colombia

BOGOTA (Reuters/EP) - Dos personas muertas y seis heridas dejó el viernes un ataque de guerrilleros que cargaron dos burros con explosivos y los hicieron explotar contra un grupo de erradicadores de hoja de coca una zona del noreste de Colombia, fronteriza con Venezuela, informó la policía.

El inusual ataque atribuido a las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se registró cerca al pueblo de La Gabarra, jurisdicción del municipio de Tibú, departamento de Norte de Santander, con el fin de frenar un exitoso programa del Gobierno en la lucha contra el narcotráfico, dijeron las autoridades.

"Dos personas murieron y seis soldados resultaron heridos", dijo el coronel Orlando Pineda, comandante de la Policía en Norte de Santander, quien explicó que el ataque se produjo durante un desplazamiento de los erradicadores que eran protegidos por el Ejército.

No es la primera vez que la guerrilla utiliza animales para realizar ataques en medio del conflicto interno de más de cuatro décadas que azota al país sudamericano.

En marzo de 1996 las FARC atacaron con un burro cargado de dinamita un cuartel de la policía de un pueblo del norte de Colombia y causaron la muerte a 11 uniformados, mientras que en septiembre del 2003 detonaron un caballo que cargaba explosivos en un pueblo del centro del país y mataron a ocho personas.

La erradicación manual de cultivos ilícitos ha sido uno de los programas más exitosos del Gobierno del presidente Alvaro Uribe en la lucha contra el narcotráfico.

En el 2008 fueron destruidas en forma manual más de 95.000 hectáreas de hoja de coca, materia prima de la cocaína, mientras que alrededor de 133.000 se fumigaron desde aviones.

Los ataques contra los erradicadores manuales, campesinos contratados por el Gobierno, han sido frecuentes desde que el Gobierno intensificó el programa en el 2005.

Colombia es considerado como el primer productor mundial de cocaína con 600 toneladas anuales.

El Gobierno acusa a la guerrilla izquierdista, a grupos armados ilegales conformados por antiguos paramilitares de ultraderecha y a carteles de estar implicados en la producción y el tráfico de cocaína.