Actualizado 15/09/2009 22:54

Ataque rebelde deja sin energía amplia zona de noreste Colombia

BOGOTA (Reuters/EP) - Guerrilleros derribaron el martes una torre de energía en el noreste de Colombia, en un ataque que dejó sin electricidad a una amplia región fronteriza con Venezuela, incluido un complejo petrolero operado por la estadounidense Occidental, informaron autoridades.

El ataque, atribuido a la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se registró entre los municipios de Toledo y Samore, en el departamento de Norte de Santander, donde los rebeldes derribaron una torre con explosivos.

"Se encuentran sin servicio de energía el municipio boyacense de Cubará; las siete localidades del departamento de Arauca: Arauca, Arauquita, Cravo Norte, Saravena, Fortul, Tame y Puerto Rondón; así como el complejo petrolero de OXY y las estaciones de bombeo de Ecopetrol", dijo un comunicado de la empresa ISA Interconexión Eléctrica.

La compañía de transporte de energía agregó que envió a un grupo de trabajadores para iniciar de inmediato la reparación de la línea y del circuito de 230.000 voltios.

El ataque también afectó la operación del oleoducto Caño Limón-Coveñas que transporta petróleo desde los campos de la Occidental en Arauca hasta el puerto de Coveñas en el Mar Caribe.

Por otra parte, una columna de las FARC incursionó en el pueblo de Caloto, ubicado en una zona montañosa del departamento del Cauca, donde atacaron el cuartel de la policía, en un atentado que fue repelido por efectivos sin que se registraran víctimas fatales ni heridos.

El comandante regional de la policía, coronel Carlos Ernesto Rodríguez, dijo que la reacción de los efectivos frustró un robo al estatal Banco Agrario de donde los rebeldes pretendían robar unos 200.000 dólares.

Los guerrilleros activaron varias cargas explosivas en el pueblo y dispararon misiles de fabricación cacera -cilindros de gas repletos de explosivos- que provocaron destrucción en varias edificaciones.

Aunque la guerrilla se vio obligada a replegarse a apartadas zonas selváticas y montañosas por una ofensiva que ordenó el presidente Alvaro Uribe desde que asumió el poder en el 2002, los rebeldes aún mantienen presencia en apartadas regiones, la mayoría estratégicas para la producción y el tráfico de cocaína.