Publicado 06/10/2020 13:09

Los bancos centrales latinoamericanos recurren a la compra de activos para contener la pandemia

Los bancos centrales latinoamericanos recurren a la compra de activos para contener la pandemia
Los bancos centrales latinoamericanos recurren a la compra de activos para contener la pandemia - PIXABAY - Archivo

El Banco de España advierte de que esta práctica en los mercados emergentes puede provocar un aumento de la inflación

MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

La pandemia de coronavirus ha provocado que los bancos centrales de las economías emergentes, entre ellas las latinoamericanas, hayan recurrido a políticas monetarias y fiscales muy expansivas, principalmente entre marzo y mayo, en línea con los países desarrollados, según constata el Banco de España.

En muchos casos, los tipos de interés alcanzaron mínimos históricos, con Chile y Perú registrando niveles cercanos al 0% y con México al frente del nivel más alto de la región amricana con un 4,5% tras su último recorte en agosto.

Los institutos emisores elevaron la liquidez del sistema con el recorte de los coeficientes de reservas, se lanzaron programas de sostenimiento del crédito y se liberaron colchones de capital, entre otras medidas.

No obstante, señala el Banco de España en un informe, la principal novedad en cuanto a las respuestas de política económica de estas economías fue el anuncio y puesta en marcha por parte de los respectivos bancos centrales de programas de compra de títulos de deuda, en la mayoría de los casos por primera vez en su historia.

En el continente americano, el Banco Central de Chile comenzó a realizar recompras de emisiones propias y de bonos bancarias y el Congreso chileno aprobó una reforma constitucional y un proyecto de ley que facultan a la entidad para comprar títulos de deuda pública en el mercado secundario en situaciones excepcionales.

De su lado, el banco central de Colombia comenzó a comprar, por primera vez, títulos privados de renta fija, así como títulos de deuda pública, en ambos casos en el mercado secundario, intervención esta última renovada en abril y reforzada con la posibilidad de intervenir en los mercados 'forward'.

Por su parte, los bancos centrales de México y Perú anunciaron operaciones 'repo' con títulos de deuda pública a plazos mayores de los que regularmente utilizan en operaciones de mercado abierte y, en el caso peruano, su banco central incluyó a las administradoras de fondos de pensiones entre las entidades que pueden realizar este tipo de operaciones.

Finalmente, el Congreso brasileño aprobó en mayo una enmienda constitucional que autoriza al banco central a adquirir títulos de deuda pública y privada en el mercado secundario, tanto nacional como internacional.

DIFERENCIAS CON ECONOMÍAS AVANZADAS

Estos programas de compra de activos en América Latina y de las economías emergentes en general, se diferencian de las economías avanzadas en varios aspectos, apunta el Banco de España.

En primer lugar, en la magnitud de los mismos, pues son mucho más reducidos en el caso emergente, si bien en estos países el propio tamaño de los mercados de deuda limita el universo de posibles adquisiciones.

En segundo lugar, el activo de los bancos centrales de las economías emergentes está compuesto en una mayor proporción por activos frente al exterior (reservas internacionales), lo que significa que, en los casos en que estos programas se han llevado a cabo al mismo tiempo que se intervenía en los mercados cambiarios, para frenar la depreciación de las monedas a través de la venta de reservas, el tamaño del balance del banco central puede no haber aumentado.

Sin embargo, la institución española recoge que la diferencia crucial de estos programas de compra de activos entre los dos conjuntos de economías está relacionada con su objetivo.

En el caso de las economías desarrolladas, se trata de una herramienta de política monetaria no convencional utilizada regularmente, sobre todo a raíz de la crisis de 2008, con la meta de relajar las condiciones financieras, reduciendo los tipos de interés de más largo plazo, una vez que el tipo de interés oficial ha alcanzado niveles próximos a su cuota inferior.

En las economías emergentes, solo Croacia y Polonia reconocieron este objetivo, y salvo en los casos de Indonesia, Guatemala y Ghana, que también han hecho público su objetivo de financiación del déficit público, el resto de los bancos centrales de las economías emergentes, en concreto las latinoamericanas, han adoptado programas de compra de activos para frenar el aumento de la volatilidad de los tipos de interés de más largo plazo, dados los potenciales efectos negativos sobre la estabilidad financiera y el debilitamiento de los canales de transmisión de la política monetaria.

RIESGO DE INFLACIÓN

El principal riesgo de llevar a cabo programas de compra de activos en economías emergentes es la posibilidad de que se produzca un aumento de la inflación y de las expectativas de inflación, que resultaría "especialmente preocupante" en América Latina, advierte el Banco de España, dados los episodios pasados de elevada inflación e hiperinflación derivados de la financiación monetaria del déficit público.

Por ahora, no obstante, el Covid-19 ha tenido efectos neto desinflacionarios, principalmente por la apertura de amplias brechas de producción negativas, explica el organismo.

En México y en Brasil, las expectativas de inflación a medio plazo se mantuvieron en torno a los niveles previos al anuncio en todos los plazos (caídas de 0,1 puntos porcentuales para 2023 y 2024 en el caso de Brasil); en Colombia disminuyeron cerca de medio punto porcentual, y en Chile se mantuvieron en el 3%, que es el objetivo de inflación de su banco central.

Por otro lado, otro riesgo potencialmente relevante de estos programas podría aparecer si los agentes perciben que el banco central ha pasado a ser un actor principal en estos mercados, lo que podría limitar el desarrollo adecuado de estos y de los mercados de derivados.

El Banco de España recomienda que para protegerse de este riesgo sería conveniente realizar adecuadas actuaciones de comunicación que incidieran en el carácter temporal de los programas de compra de activos, limitando su contingencia a las actuales circunstancias excepcionales, en línea con la práctica de algunos bancos centrales de las economías avanzadas.