Actualizado 26/01/2014 08:08

Brasil apuesta por Cuba con un nuevo puerto de contenedores

 

    LA HABANA, 25  (Reuters/EP)

   La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inaugurará este lunes un puerto de contenedores en Cuba, una apuesta brasileña de 700 millones de dólares a la normalización de las relaciones de la isla con Estados Unidos.

   La terminal construida por la empresa brasileña Odebrecht  en Mariel, una bahía natural 45 kilómetros al oeste de La Habana, es el resultado de una alianza estratégica basada más en intereses económicos que en razones ideológicas.

   Y su inauguración el lunes por parte de Rousseff y el presidente cubano Raúl Castro marcará el tono de una cumbre de líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se reunirán al día siguiente en La Habana para discutir la integración de sus economías.

   El banco estatal de desarrollo brasileño BNDES financió con 700 millones de dólares un 80 por ciento del costo de las obras de Mariel, cuya ubicación frente a Estados Unidos lo convertiría en un núcleo comercial el día que Washington y La Habana normalicen sus relaciones.

   "El embargo no va a durar para siempre", dijo una fuente del gobierno brasileño aludiendo a la sanciones económicas impuestas desde hace medio siglo por Estados Unidos a la isla de gobierno comunista.

   "Y cuando caiga, Cuba va a ser estratégica para las empresas brasileñas por su posición geográfica", añadió.

   Cuba apuesta a que Mariel se convierta además en un centro logístico para los barcos que atraviesan el canal de Panamá. El puerto tiene capacidad para atracar gigantescos cargueros post Panamax que transitarán una vez terminadas las obras de ampliación del corredor interoceánico.

   La operación fue adjudicada a PSA International, una empresa de Singapur.

   Mariel es uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos hasta ahora por Raúl Castro para modernizar la economía estilo soviético de la isla, abriendo espacios a la iniciativa privada y al capital extranjero.

   Y muestra que en un país con la infraestructura dilapidada por décadas de crisis económica y falta de inversiones, las oportunidades para las empresas brasileñas son enormes.

   Ejecutivos de Odebrecht no estuvieron disponibles para comentar sobre sus proyectos en Cuba.

EL PRIMER PASO BRASILEÑO

   Mariel es apenas el primero de una serie de proyectos de la gigantesca empresa brasileña en la isla. Brasil ofreció el año pasado 176 millones de dólares para que Odebrecht modernice los aeropuertos de La Habana y otras ciudades de Cuba y su cartera de proyectos incluye también autopistas y centrales azucareros.

   Cuba quiere además construir un parque industrial en Mariel, un somnoliento pueblo de 12.500 habitantes famoso porque desde allí zarparon en 1980 más de 100.000 cubanos que emigraron a Estados Unidos.

   El ministro de Comercio Exterior cubano, Rodrigo Malmierca, pidió en noviembre a Brasil un nuevo crédito para desarrollar una zona franca alrededor del puerto, donde empresas extranjeras tendrían generosas ventajas fiscales.

   Una fuente del gobierno brasileño dijo a Reuters que Cuba pidió 230 millones de dólares.

   "La solicitud está siendo estudiada", dijo el funcionario del área económica en Brasilia. "El BNDES está haciendo las evaluaciones".

   La fuente dijo que varias empresas brasileñas de sectores como farmacéutico, bienes de consumo, cigarrillos y alimentos están interesadas en instalarse en Mariel.

   "Mariel será un sitio con ventajas casi exclusivas para las inversiones", dijo un empresario occidental basado en La Habana, que pidió no ser identificado. "Es una bendición geográfica para asentar negocios".

   Pese a la sintonía ideológica de Rousseff, que fue en su juventud una guerrillera de izquierdas, la relación de Brasil con Cuba es pragmática.

   Funcionarios brasileños insisten en que no están financiando al Gobierno de Castro sino a empresas como Odebrecht. El dinero del BNDES, explican, es para exportar servicios de ingeniería y bienes de capital de empresas brasileñas.

   "Esto no se trata de ideología de izquierda", dijo a Reuters un asesor de Rousseff. "Al invertir en la Cuba post (Fidel) Castro, Brasil se está posicionando estratégicamente".