BRASILIA, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Dilma Rousseff ha decretado este martes la reducción del impuesto sobre los combustibles, tributo que en Brasil incide en la importación y comercialización del petróleo, el gas natural y sus derivados.
El decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado modifica la normativa de 2004 que establece un impuesto sobre la gasolina en 230 reales (93,7 euros) por cada mil litros. A partir de ahora, el tributo a pagar será de 192,60 reales (78,5 euros).
La reducción de la llamada Contribución de Intervención en el Dominio Económico (CIDE) podría ayudar a mejorar la situación financiera de la estatal Petrobras, que se ha visto obligada a importar más gasolina debido a la creciente demanda interna, lo cual ha repercutido directamente en los precios que debe pagar el consumidor.
La meta de esta empresa pública es cerrar el año 2011 con una importación media de 30.000 barriles de gasolina diarios, frente a una media de 7.000 barriles por día que se adquirieron en 2010, informa el diario local 'O Globo'.
Uno de los objetivos del Estado es precisamente evitar que el valor de la gasolina continúe aumentando y, por ende, incida en el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), que actualmente supera el 7 por ciento, muy por encima del techo establecido por el Gobierno de 6,5 por ciento.