NUEVA YORK, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -
La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha elevado en un escalón el 'rating' de la deuda soberana brasileña a largo plazo, desde 'BBB-' a 'BBB', con perspectiva estable, por el fuerte crecimiento de su economía y las muestras de "mayor austeridad fiscal" del nuevo Gobierno de Dilma Rousseff.
La agencia explica que la mejora de la calificación refleja que, según su análisis, el crecimiento potencial sostenido de la economía brasileña se ha incrementado hasta entre el 4% y el 5%, apoyando sus objetivos fiscales a medio plazo, así como el fortalecimiento de posición de liquidez, que ha elevado a su vez la capacidad del país de absorber cualquier impacto en su economía.
En este sentido, Fitch señala que la llegada de Dilma Rousseff a la presidencia de Brasil se ha llevado a cabo "de forma suave" y subraya que el consenso sobre las políticas macroeconómicas responsables sigue bien anclado.
Además, remarca que la nueva administración ha mostrado signos de una mayor austeridad fiscal, lo que, sumado a unas perspectivas de crecimiento positivas, debería permitir reducir la pesada carga que supone la elevada deuda del Gobierno brasileño.
Respecto al crecimiento del país, recuerda que la economía brasileña se ha expandido en niveles "históricamente altos" en 2010, cuando el PIB aumentó un 7,5%. Así, el escenario base de la agencia asume que el ajuste de las políticas macroeconómicas que está en marcha deberían permitir un "aterrizaje suave" de la economía brasileña, con un crecimiento de aproximadamente el 4% en 2011.
"La trayectoria de crecimiento de Brasil en el medio plazo es probable que siga siendo relativamente robusta debido a la dinámica de la demanda doméstica, que se sustenta en la diversidad económica del país, un clase media numerosa y en aumento y una ciclo de inversión positivo", según la responsable de los ratings de Fitch para Amércia Latina.
Sin embargo, la economía brasileña se enfrenta también a desafíos macroeconómicos a corto plazo, que incluyen la lucha contra la inflación y la moderación del ritmo de crecimiento del crédito hasta niveles más sostenidos. En su opinión, un ajuste más rápido de la política fiscal mejoraría en general su relación con la política monetaria, al mismo tiempo que aliviaría la apreciación de su moneda y la presión al alza sobre los tipos de interés.
De cara a futuras revisiones del 'rating', Fitch señala que sería positivo una "mejora sostenida" de la balanza fiscal y externa, una continuada consolidación de la estabilidad macroeconómica y reformas para mejorar la competitividad y hacer frente a la debilidad estructural de las finanzas públicas. Por el contrario, un fuerte incremento de la deuda pública podría socavar su solvencia.