Actualizado 01/09/2015 15:16

Brasil prevé déficit presupuestario en 2016 y pone presión sobre el Congreso

BRASILIA, 1 Sep. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Brasil ha enviado este lunes al Congreso un proyecto de presupuesto que considera un déficit primario por primera vez en la historia y ha instado a los legisladores a ayudar a solucionar la crisis fiscal que amenaza la calificación de grado de inversión del país.

La presidenta del país, Dilma Rousseff, ha presentado un proyecto de presupuesto para el 2016 que estima un déficit presupuestario primario para el sector público no financiero de un 0,34 por ciento del Producto Interno Bruto.

La expectativa de un déficit destaca la necesidad de Rousseff de encontrar nuevas fuentes de ingresos en momentos en que se enfrenta a la resistencia del Congreso a impopulares medidas de austeridad.

El ministro de Planificación, Nelson Barbosa, ha dicho que el Gobierno trabajará estrechamente con el Congreso para reformar el gasto y revertir el déficit.

"Estamos abiertos a un diálogo para borrar el déficit primario temporal. Lo que es importante ahora es tener un presupuesto realista", ha añadido Barbosa en una rueda de prensa.

El Gobierno ha ajustado su proyección después de que legisladores y líderes empresariales se opusieran a la propuesta de Rousseff de restablecer un impuesto sobre las transacciones financieras para recaudar ingresos extras el próximo año.

El balance presupuestario primario, que muestra cuántos ingresos están disponibles para cumplir con el pago de intereses de la deuda, es seguido de cerca por los mercados y las agencias calificadoras de riesgo en Wall Street como una medida de la capacidad de pago del país.

Las agencias han advertido de que podrían bajar aún más la nota crediticia soberana de Brasil, una decisión que reduce la confianza de los inversores y aumenta los costes del endeudamiento.

Barbosa ha añadido que el Gobierno trabajará en las próximas semanas en reformas para limitar el crecimiento de los gastos obligatorios ligados a las pensiones, la salud y la educación.

Alrededor del 90 por ciento de los gastos generales de Brasil están destinados por ley, por lo que el Gobierno tiene poco espacio para recortar el gasto público.

Años de fuerte gasto bajo el mandato de Rousseff han erosionado las cuentas públicas al punto que Brasil registró su primer déficit presupuestario en más de una década el año pasado.